❝𝐅𝐀𝐋𝐒𝐀 𝐈𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀❞ ⎜ ❝Todos te ven como el adorable e inocente solecito, pero nadie sabe que te gusta gemir mi nombre mientras me montas y ruegas por mis marcas.❞
Jaemin es tierno y risueño con todos en el instituto, lo adoran y creen q...
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Jaemin entró al lugar e ignoró la mirada de todos, sólo correspondió saludos de forma casta y desanimada. Dio unos pasos con intenciones de ir a su salón, pero la voz de su madre llamándolo lo hizo detenerse y voltear.
— No te demores —fue lo único que dijo mientras pasaba de largo a dirección.
Jaemin no dijo nada, sólo asintió y siguió su camino. Cuando entró, no se sorprendió al ver todo desolado, aunque no le importaba tampoco. Se acercó hasta el banco de Jeno y dejó bajo el banco el libro junto a las hojas del trabajo que había hecho.
Agradeció haber tirado el libro por la ventana el otro día porque dentro estaba la hoja que contenía las preguntas, así que pudo dividir él mismo lo que haría. Era más que obvio que no iban a volver a juntarse para hacerlo, porque además el lapso de tiempo se cumplía hoy y había que entregarlo.
Salió del salón otra vez y caminó tranquilo hasta sentarse en una de las sillas y esperar a que su madre saliera de dirección. Se supone que no iba a llevarle mucho, sólo debía pedir documentación suya.
— Muchas gracias —la escuchó decir mientras abría la puerta y se despedía.
Jaemin se levantó y le sonrió devolviendo el gesto a su madre. Ella no estaba muy segura de lo que su hijo quería hacer, pero no le veía lo malo así que no se había negado tampoco.
— Me habló sobre otro incidente que ocurrió ayer —le dijo mientras empezaban a caminar —, vas a tener que explicarme eso también.
— Luego —dijo sin más.
Entonces, cuando estaban acercándose a la puerta principal, se encontraron de frente con Jeno que venía con la misma expresión neutral concentrado en la música que emitían sus audífonos.
— ¡Cielo! —chilló la mujer alegre de verlo, mientras su hijo quiso hacerla callar.
No le había contado nada de lo sucedido a su madre, así que para ella todo estaba bien.
— Hola —saludó haciendo una rápida reverencia mientras se quitaba los pequeños objetos de los oídos. Pasó la vista de la mujer al chico rubio a su lado, sorprendiéndose un poco al verlo —. Volviste al rubio... y a los colores pasteles —señaló algo intrigado.
Se le hacía raro verlo de esa forma.
— ¿No es más lindo así? Yo siempre le dije que su apariencia de antes era más linda —espetó la mayor mientras acomodaba el flequillo claro sobre la frente de su hijo.
Jaemin se mantenía en silencio y sólo le daba fugases sonrisas a la mujer que parloteaba de lo lindo y tierno que se veía.
Jeno no dijo nada, sólo lo miró unos segundos y no pudo evitar recordar esos días en los que quería a toda costa follarse a Jaemin, cuando su apariencia tierna y brillante lo tentaba demasiado. Hasta que el contrario cambió totalmente ese exterior al cabello negro y los colores apagados y sin vida, sólo porqué a él le gustaban. Y luego... se enamoró y admitió que no le importaba de que color tuviera el cabello o si el suéter era celeste o negro, porque en realidad Jaemin era precioso de cualquier forma... y aún lo seguía siendo...
