Phoenix. © [DL #2]

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| Dedicación: Nicky_Stay |

Capitulo cuatro:  

❝Tenía un cerebro tan sexy, que de su mirada brotaban poemas, de sus gestos canciones, y de su boca besos melancólicos.❞

✞

ABEL RIOX.

La primera parte del plan ya estaba en marcha y todo estaba saliendo justo como yo lo había planeado.

Había sido solo cuestión de segundos dentro de las cuatro paredes de mi habitación para que mi cabeza empezara a maquinar con una rapidez implacable.

No solo quería recuperar a Phoenix, a mi chica, también quería destruir por completo a aquel imbécil por haberse atrevido a jugar con lo que es mío.

Y lo iba a hacer de una forma indirecta, pues lo haría lamer en el piso por donde los Riox caminasen.

El primer paso de mi plan es el más fácil y todo gira alrededor de mi mejor invento hasta la fecha. El sistema de seguridad OXY, el cual actualicé hace apenas dos días convirtiéndolo en una red completamente equipada y con el mayor alcance jamás existido. Sin ser poco, también hackeé la antigua red que poseía la legión lobo para que ninguna otra que fuera Oxy funcionara en sus instalaciones. Era un si o un si.

Como dueño y creador de Oxy, tengo completa manipulación de este sin que los compradores se den cuenta. Apenas dos días en la web y ya tiene miles de descargas que han sumado unos jugosos ceros a varias de mis cuentas bancarias, con la cantidad de dinero que manejo fuera de la herencia Riox, podría hacer que hasta mis tataranietos no supieran lo que es trabajar, juntar aquello con la herencia y los alcances familiares podría bien posicionarme como uno de los cinco jóvenes más ricos del mundo.

Estamos en mi habitación, desde que le había contado a mis hermanos y a Will que tenía un plan para recuperarla no se habían despegado de mi ni un segundo. Sin embargo, no solo tomamos manos en el asunto de Phoenix, también colocamos una orden de búsqueda inmediata para mamá.

Y se preguntaran, ¿Qué coño con los restos de Kerman? Pues súper fácil, el idiota está vivo. Y no es como si alguien me lo dijo o como si mis hermanos también sabían dicha información, es que simplemente uní piezas con la cabeza fría y no puede estar muerto. Fui muy imbécil al no buscarle rápidamente entre los escombros pero había demasiado en juego, nos secuestraron y con todo lo que sucedió en aquel establecimiento en donde nos tenían presos; Kerman fue lo último que se me pasó por la cabeza.

Además, es un Riox puro, sabe arreglárselas solito.

Pero lo quiero, supongo.

—¿Qué tienes, Abel?—Preguntó Aleph por millonésima vez desde que había entrado a mi habitación. Lo hacía cada dos segundos y ya estaba empezando a cansarme.