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| Dedicación: valery-ph3yd1ssoy_unaPelinegramapissanchez19  |

Capitulo dieciséis:

Ellos desprenden oscuridad, sombra y maldad. La combinación perfecta.

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Tres meses después.

Solté un suspiro y miré, por duodécima vez, la hermosa mal formación geológica del Pamukkale, en Denizli. Fuentes naturales hermosas con agua tan cristalina y fría que se creía que en cualquier momento, se volverían hielo duro y blanco como su alrededor.

Ahora en estos momentos, nos encontrábamos en Turquía. País que era parte de nuestro recorrido por toda Europa, en donde terminaríamos en mi no tan adorada...Rusia.

De nuestro itinerario, ya habíamos visitado puntos hermosos de los países de Alemania, Italia, Francia, Bélgica, Chipre, Dinamarca, Croacia, Eslovenia, Eslovaquia, España, Irlanda, Liechtenstein, Luxemburgo, Malta, Mónaco, Noruega, Países bajos, Polonia, Portugal, Rumania, Suecia, Suiza y Ucrania.

Sí. Todos esos países los visitamos en menos de tres meses, ya que no durábamos más de tres días en uno por métodos de "seguridad".

Sí. Hablaba en tercera persona porque no iba sola, Trevor Colt era mi acompañante. Al igual que Hans. O mejor dicho, yo era la suya. Y ni siquiera estábamos visitando por realmente quererlo, estábamos nada más y nada menos que huyendo. Huyendo de los griegos, y de su insípida aparición a punta de pistolas justo cuando le estaba destrozando la cara a puñetazos a la tal Nicole. Yo nunca huía de un enfrentamiento, por lo que claramente estaba siendo obligada. Aunque no iba a mentir, estaba enamorada de todo lo que veía.

A Nicole, por problemas técnicos, también tuvimos que traerla arrastrada para que pudiera trabajar con Hans, porque al parecer era demasiado buena en hacernos invisibles al ojo de cualquier cámara o cualquier persona en cualquier país o isla del mundo.

―El avión está listo para devolvernos al hotel, Phoenix. ―Las manos de Trevor se deslizaron con parsimonia sobre mis hombros, cerré los ojos disfrutando internamente del contacto.

Habían pasado tres meses. Tres malditos y bastante largos meses. Era extraño. Bastante extraño. Porque llevaba más extrañando a mis chicos que con ellos en concreto.

Pensé, ilusamente, que a mediados del segundo mes ya no pensaría más en ellos. Que solo serian mi mejor recuerdo...ese que se agrietaba cada vez que pensaba que de haber querido buscarme, ya lo habrían conseguido.

Pero es que también estaba bastante convencida de que había visto su rostro...de que había visto aquel cabello rubio incomparable de mi Kerman, justo en medio de ese tiroteo.

Phoenix. © [DL #2]Where stories live. Discover now