| 26 |

7.9K 867 838
                                    

| Dedicación: amolospsicopatas, danielafloresriv, Nani95_, Holiiiput0os, majitocookie, AYYY_RECHAZAMEEE. |

Capítulo veintiséis: Regaños.

Ella era su Serendipia, y ellos su Órfico. Juntos eran caos.

Serendipia: descubrir algo bueno sin buscarlo.
Órfico: Misterio más allá de lo hermoso, más allá de lo entendible.

 Órfico: Misterio más allá de lo hermoso, más allá de lo entendible

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

ALEPH RIOX.

12 de diciembre.
Hospital Central de Moscú, Rusia.

Estoy jodidamente cansado.

Putamente cansado de esta sensación de que estaba cayendo.

O quizás solo estaba cansado de no sentir los alrededores de mi polla.

Sí... probablemente me inclinaba más a lo último.

Llevaba dos días malditamente postrado, y nunca antes me había arrepentido tanto de una paja como ahora. Sabía que era fuerte, joder, sabía que era el más fuerte en mi familia, pero no creía que tanto.

El ego me subía tanto como las ganas de follar ahora que era básicamente imposible.

Tomé un gran suspiro y volví la vista hacia la camilla a mi lado.

Donde estaba ella.

Su cabello castaño caía en ondulaciones por encima de sus pechos rozando las sabanas blancas, la piel cremosa de sus brazos resplandecía mientras ella ojeaba aquella revista rusa de extraña procedencia.

Sabía que ya le habían dado de alta. Pero ella seguía aquí, a mi lado. No sé por que sentía aquella sensación de presión en mi pecho cada vez que pensaba en ello. Se estaba quedando por mi y yo no sabía como reaccionar. Nunca le había importado tanto a nadie a tal punto.

Tenía que decir algo. Quería decir algo. Pero al abrir mi boca las palabras no salían y es que no sabía que era lo que realmente quería expresar. De un momento a otro hasta las groserías se veían lejanas y no sabía que era lo que tantos corazón quería exteriorizar.

Un agradecimiento. Quizás. Pero Phoenix no se merecía un simple gracias, ni siquiera merecía aquellas palabras que tanto me estaban matando por dentro, ella merecía más. Ella siempre ha merecido más de lo que todo mortal ha estado dispuesto a ofrecerle.

Phoenix. © [DL #2]Where stories live. Discover now