| 17 | 1 |

15K 1.7K 1.2K
                                    

|Dedicación: LenYukii, kendra_huilen, Tinaturca, TefiAngel, valecass, Alexa_Lv3. |

Capítulo diecisiete [PARTE 2/6]: Los secretos de los Riox.

KERMAN RIOX

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

KERMAN RIOX.

Para nadie era una mentira que el menos Riox de todos, era yo. Y es que de no ser porque no tengo padre, "Riox" sería mi segundo apellido.

No tengo padre. Si, lo decía generalmente. Porque biológicamente tenía que tener uno si o si, aunque mi ego quería confirmar que era una creación divina del espíritu santo.

No tengo padre, pero si tengo una figura paterna. Adrien, mi tío, el padre de mis ya casi hermanos, era como un padre para mi.

Los visitantes extranjeros siempre pensaban que éramos padre e hijo, ya que gozábamos de la misma tonalidad de rubio en nuestro cabello. Al menos esa parte que no se le estaba notando las escasas cañas que daban a conocer que Adrien Riox no era tan joven como parecía. Pero se mantenía.

Pero nosotros sabíamos que el rubio lo había sacado de mi madre Adela, que era un distintivo de la quinta generación, según ellos -Adrien y Adela- Aaron, el hermano del medio, también era rubio con cojones. Pero notando a mis primos, quizás la esperma Riox no era tan potente como nos hacían creer. ¿Verdad?

Aquel siempre ha sido un pensamiento que ronda mi mente sin cesar. Un pensamiento dañino y toxico que no puedo evitar darle vueltas y vueltas en mi cabeza. No ser un Riox por completo.

Quizás representaba menos poder, menos intimidación a la hora de un enfrentamiento. Pero, para mi...

Joder. Nunca me había sentido inferior con mis primos, era mas que claro que para ellos no había diferencia entre nosotros. El problema tampoco eran los demás, me tenían el mismo miedo y respeto que se le debía tener a cualquier allegado de la familia.

El verdadero y jodido problema, era yo mismo.

Nadie me hacia sentir inferior, salvo yo. Yo mismo me lanzaba comentarios hirientes, yo mismo me jodía, yo mismo me sumía en una silenciosa depresión de la que entraba y salía cuando me placiera.

Y aunque sonaba malo, también era jodidamente bueno. Porque aprendí que la única persona que alguna vez podría tener poder sobre mi mente y mi alma era yo.

Que maldito iluso era, ja.

Porque ahora hay una chiquilla a la que le saco dos cabezas, la cual me vuelve un maldito loco obsesivo con la formita bonita en la que camina y se le mueven sus hebras castañas.

Phoenix. © [DL #2]Where stories live. Discover now