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-Las iniciales que dejó aquí son H.C- Dijo ella mirándolos a ambos- ¿Donde se está escondiendo?

-No se si aun siga escondiendo allí pero unas calles más arriba de Baxter high...- Comenzó a explicarle el paradero y como lucia.

-¡Nos vamos!- Dijo mientras les hacía una seña a todos- ¡Todos afuera!

Al salir todos se reunieron al rededor de la Morena escuchando atentamente lo que harían.
Según Ambrose la residencia de Hannibal Caputto se encontraba en un campo de trigo que comenzaba unas calles más allá de la escuela Baxter.
Algo no le cuadraba entonces decidió hacer algo que quizás podría costar la vida de algunos detectives.

-Necesito saber si realmente asumen el riesgo que puedan correr si nos separamos- Dijo mientras los miraba a todos- ¿Si o no?

-Si Jefa, si vamos- Habló uno por todos haciendo una señal con la cabeza.

-Muy bien... Tengo sospechas de dónde están las mujeres, necesito que el equipo que enviare al campo de trigo del Hannibal sea sigiloso, se ocultaran el trigal- Les mostró una foto a todos- Hasta que yo de la orden porque si Sabrina y Zelda están en Baxter high, no arriésgare sus vidas, deben retirarse cuando yo les diga- Ordenó- ¿Está claro?

-¡Sii!- Repitieron todos mientras comenzaban a alistarse y subir a las camionetas.

La morena llegó a 6 hombres hasta la escuela Baxter  siendo de madrugada fueron cautelosos, primero fueron al gimnasio pero no había nada allí, dos hombre fueron por los pasillos de la escuela revisando cada sala y oficina pero no había nada.

Cuando derrepente un destello iluminó su rostro sabiendo donde ir.
En su adolescencia en el baile de San Valentin, la morena escondiéndose de aquel inspector que la seguía a ella y a su novia de ese entonces llegaron hasta la vacía oficina del director, allí notaron un compuerta que daba al piso.

Siguiendo sus instintos y pidiendo el mayor silencio se dirigió hasta aquella vieja oficina que estaba clausurada desde hace años y fue tapada, al llegar y abrir lentamente la compuerta unos gritos aterradores se escuchaban.
Bajaron aquellas escaleras antiguas con cautela, escuchando gritos aterradores.

-¡No la toques!- Gritó  Zelda mientras lloraba, la morena comenzó a sentirse eufórica, su rabia por escuchar a la pelirroja en peligro la alertó.

Cuando llego hasta que tuvieran todos una visión de lo que pasaba, ambas mujeres estaban sentadas en una silla, una frente a la otra, un hombre completamente fuera de sí tocando el muslo de la adolescente y subiendo hasta que ella dio la orden de parar aquello.

-Suelta a la niña y aléjate lentamente- dijo mientras le apuntaba a la cabeza.

-Uuh que miedo- Dijo mientras solo veía a la morena ya que la oscuridad de aquel lugar le impedía ver a 6 hombres armados en aquella oscura habitación.

-Te estoy advirtiendo... Hazme caso...- Dijo mientras apretaba los dientes para no descargar su arma en la cabeza de aquel hombre.

-Y yo te estoy diciendo que no lo hare- Dijo sacando una ametralladora- Él maldito Faustus Mató a mi padre,  lo haré sufrir- Apunto a Zelda, algo que hizo estremecer a la morena.

-Ella y Faustus no están juntos... y ella no es hija de Faustus- Dijo sonriendo por la cara de pavor del hombre cuando sintió dos dardos tranquilizantes en sus hombros.
-¡Chicos esposen  a este estúpido!- Dijo mientras guardaba su arma y se acercaba a Sabrina para soltarla mientras la adolescente lloraba- Tranquila,  estarás bien... ya todo está bien...

La morena Soltó a Zelda segundos después, la madre y su hija se abrazaron para llorar juntas, estaban destrozadas, el trauma que Sabrina podría tener luego de esos momentos asustaba a Zelda.

Policial LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora