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Lilith y Eliza eran amantes desde hace años, tenían un lazo importante, quizás no había amor en su relación pero se entendían a la perfección y en la cama mucho más.
Es así que cuando vio a Eliza esa tarde interrumpiendo la conversación que tenai con Zelda Spellman allí se sorprendió y se alegró,  pero desvío completamente el tema que estaba teniendo con Zelda.
Llevaba años evadiendo al amor y cuando conoció a Zelda sintió otra cosa, no era aquella sensación de tener una aventura con ella, era algo más fuerte.
Pero se dio cuenta que Zelda se había ido.

Zelda llegó completamente confundida a la Mansión, ese día no habría nadie en casa, por eso se atrevió a visitar a la Detective en la brigada, pero luego de ver aquella mujer mucho más joven que ella sobre Lilith, justo después de proponerle que fuera a su casa, apagó todo el entusiasmo que tenía por la Detective, una punzada de dolor la recorrió cuando recordó la cara alegre de la morena observando a esa mujer...

-¡Definitivamente ella no vendrá!- Dijo sirviéndose un vaso de Whisky y perdiendo un cigarrillo- Eres una estúpida, Zelda.

La hora paso, Zelda no sabia si ella iría a la Mansión pero igualmente en su mente sentía el entusiasmo y cocino algo para ambas, esa noche antes de la cena espero... Y espero... Y espero...

Cabaña De Lilith Wardwell

Los besos de Eliza la estaban haciendo perder el control desde la tarde, ambas estaban envueltas en las sábanas desde que llegaron aquel día, Lilith recibió sus preciadas vacaciones ese día y Eliza la llegó hasta la cabaña, fue allí cuando sus besos la tenían presa.
Cuando Zelda se marchó pensó que la pelirroja se había retratado de aquella cena, algo que Eliza no la dejó pensar mucho  ya que se distrajo durante todo el día con ella y sus conversaciones y claro... el sexo.
Cuando miró por la ventana se dio cuenta de que ya era de noche, miró a Eliza dormida y recordó a Zelda, escuchó a su celular sonar, era un mensaje de texto.

-Gracias por no venir  de todos modos, que tengas una buena velada, Lilith- Zelda Spellman.

Su estómago se revolvió sintiendo la culpa apoderarse de ella, otra vez, Lilith Wardwell había estropeado una oportunidad con la pelirroja,  no sabía que hacer, miró nuevamente a Eliza, suspiró levantándose con pesar hasta el baño, fue allí cuando al salir de la ducha Eliza la abrazó besando su espalda.

-Pedí pizza- Dijo la mujer de cabello castaño- Para cenar...

-Esta bien...- Sonrió fingiendo alegría mientras salía del baño.

Policial LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora