3. "Socializando con... ¿el enemigo?"

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Caleb

-Ten un buen día, pitufo-dice Thomas.

¡DIOS! Es un pendejo, idiota, cabeza hueca y sexy... y... y... ¡¿Qué rayos me está sucediendo?! Siempre me ha parecido apuesto pero no sexy.

-¡Si eres pendejo Caleb!-chilla Hannah.

-Eh... ¿Qué pasa?

-Me chocaste-gruñe para acto seguido voltearse; al verme a los ojos sonríe sádicamente y dulcemente argumenta.- ¿En qué piensas?

-En na...na...da.

-Lo que digas.

Hannah irrespetuosa toma mi horario y tras ojear el suyo se da cuenta de algo.

-No tenemos la primera clase juntos.

Mi rostro se congestiona en una mueca de horror-¡No me jodas Han!

-Estarás solo con el señor mariscal de campo unineuronal.

¡Mierda! Está hablando de Jake Mcdaniels. El pendejo del que tengo años enamorado, y el mismo que hace años no me dirige la palabra.

-¡No veas Física!-le digo cuando estoy cogiendo mi libro de psicología y el cuaderno de espiral.

-¿Inhalaste talco o qué? Ni por el carajo me salto física.-maldice un poco en español.-Mi padre me decapita.

En ese momento el timbre del inicio de clases suena por todo el puto Blackstreet. Beso a Hannah en la mejilla y le digo:

-Nos vemos en historia.

Ella camina hacia el lado contrario al que yo voy. Suspiro resignado a mi cruel destino y comienzo a dirigirme hacia mi aula. Al entrar, rápidamente me doy cuenta de que el único asiento disponible es al lado de Jake McDaniels. Nervioso y maldiciendo internamente me siento a su lado. Él me observa como si tuviera un tercer ojo o cuernos en la cabeza.

-¿Buscas algo, huérfano?

¡Agh! ¿Cómo puedo estar enamorado de un cretino como este? Tragándome el amor que siento por el chico-que se está empezando a esfumar-, pongo mis ojos en blanco y gruño:

-Sé que tu única neurona está procesando mucha información, pero por si no te has dado cuenta, es el único puesto que queda.

Luce como si acabara de darle una bofetada, mi corazón duele por tener que tratarlo así, pero... Yo no le importo ni siquiera un poco; me giro dispuesto a prestarle atención a la estúpida clase. El profesor Welling tiene abundante cabello de color plata, brillantes ojos azules y una barba literalmente brillante, debido a la brillantina que tiene en esta.

-Para la próxima semana deberán entregarme un informe sobre la psicología inversa-su voz es sorprendentemente aguda, pero segura.-Se hará en parejas.

Cuando el profesor dice eso, todos, excepto yo y el imbécil de Jake, comienzan a ponerse de pie para hacer sus propias parejas.

-¡Alto ahí, alumnos!-grita el hombre o más chilla-¡Yo haré las parejas! ¡De hecho con el compañero con el que están sentados harán el informe!

¡Ay no!

¡No, no, no!

¡Por favor noooooo!

No quiero estar con Jake McDaniels-irónico, considerando que aún estoy enamorado de él-, finalmente todos los alumnos nos calmamos-me incluyo, porque en mi mente me estaba suicidando-; el sexy chico se acerca y murmura en mi oído, su aliento provocando escalofríos en mi columna vertebral.

-¿Y cuándo vamos a tu casa?

-Jamás.

-¿Vas a perder tu nota?

-Prefiero eso a compartir más de mi tiempo contigo, engreído.

Ese es el momento justo que Welling-a quien estoy empezando a odiar-utiliza para gritar/chillar:

-Por cierto este informe vale el veinte por ciento de la nota total.

-Maldición-murmuro entre dientes.

-¿Entonces...-Jake se regocija en mi mala suerte.-nos vamos juntos?

Suspiro, derrotado.-Apenas terminemos te largas de mi casa.

-De acuerdo, huerfanito.

El idiota de Welling se retira y casi en seguida entra el profesor Bowen, quien tiene grueso cabello rubio, ojos verde menta, labios finos y un cuerpo bastante atractivo en general. Al igual que con física, matemáticas es un juego de niños para mí. No obstante idéntico a Hannah, Jake no entiende ni pío de lo que el hombre está enseñando. Me suplica con la mirada; y como el idiota que soy termino explicándole. A medida que hablo, los ojos verdes brillan y al terminar de hacerlo murmura:

-Esta es la primera vez en la vida que entiendo matemáticas, sin ayuda de mi madre-dice para lamerse los labios y seguidamente susurrar en mi oído-Y todo gracias a ti, Caleb Goligth.

Thomas

Dejo a Hugo Goligth en su trabajo, y como tengo un largo rato libre decido ir a visitar a mi abuela. Tras un rato de conducción estaciono el auto frente a la casa. Camino enérgicamente hasta la puerta de color rojo cereza, entonces saco de mi bolsillo mi juego de llaves, y tras introducir la llave, la cerradura gira y la puerta se abre.

-¡Abuela!-grito al interior de la casa.

-¡No es necesario gritar, Thommy!-chilla ella desde la cocina.

Camino con una sonrisa hacia ese lugar, allí está mi abuela con su cabello naranja en un moño ajustado detrás de su cabeza con forma de lazo, algunos mechones sueltos y su típico conjunto "casual" como le llama ella; aunque en realidad es demasiado formal, de hecho es un vestido rojo sangre que bien podría usar para ir a un restaurante lujoso. Me acerco a donde está, la abrazo y le dejo un beso en la mejilla.

-¿Cómo estas, Thommy?

-Bien Abue, en realidad mejor que bien ¿y tú?

-Perfecta como siempre-me río, esta mujer está loca.-Pero feliz ya que vienes por fin a verme.

Cuando acabo de reír, le gruño:

-Abue, sabes que estoy trabajando para Hugo.

-Lo sé.

Mi abuela saca de la nevera un par de trozos de pastel de crema de coco, hecho por ella misma y que es el mejor del mundo. Apenas respiro mientras devoro aquella cosa celestial, pero al levantar la mirada y ver el reloj en forma de gato en la cocina doy un brinco.

-Abuela, tengo que irme.- le beso la mejilla.-Gracias por ese manjar.

Ella ríe, cálida.-Cuídate, Thommy.

Entonces salgo disparado hacia Blackstreet.

**********

Al llegar me encuentro con que Caleb está esperándome junto a un chico que no conozco. El enano se ve realmente disgustado y el estúpido que lo acompaña tiene una sonrisa burlona. Mi bebé abre la puerta, el chico entra y Caleb tras poner los ojos en blanco también lo hace.

-Hola, bebito.

-Hola, cariño.

-¿Y Hannah?

-Tuvo que irse a reunir al igual que yo tengo que hacerlo con este imbécil-gruñe apuntando al chico.

-Me llamo Jake McDaniels.

-Realmente a nadie le importa.

El muy idiota parece ofendido, le sonrío a Caleb por el retrovisor y acelero el auto. Si este imbécil es quien creo que es, voy a partirle su cara de niñito mimado. 

Un triángulo NO tan comúnUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum