Un triángulo NO tan común

5. "Calor en otoño"

Caleb

Un par de días después sigo idiotizado debido a las acciones confusas de Jake McDaniels. Thomas irrumpe en mi habitación y se tira en mi cama, su olor a canela inunda mi nariz olvidándome inmediatamente de Jake y su maldito olor a menta. Me volteo para verlo a los ojos y me pierdo en ese par de orbes celestes.

-¿Qué te pasa?-me pregunta.

-Nada, ¿por qué?

¡Jesús! ¡Qué falso me siento!

-¡Hoy no fuiste a clases! y desde que el imbécil de Jake vino estas muy distraído.

Pongo los ojos en blanco.-Relájate, mamá.

Se cruza de brazos, gruñendo.-Voy a patearlo.

Le beso la mejilla y él se calma.

-Eres un tonto.

El rubio un poco ofendido me revuelve el cabello, me besa la frente y entonces sale de mi habitación. Giro sobre mi cama para levantarme, me quito el pijama y tomo de mi armario un short sobre la rodilla negro y una camiseta color gris oscuro. Me pongo la ropa rápidamente, luego me coloco mi suéter gris-que fue el primer regalo que Amma me dió cuando llegué aquí-; me coloco mis converse negros. Me meto en la boca una goma de mascar y me peino con los dedos el cabello.

Bajo haciendo ruido por las escaleras-o al menos, tanto como se puede con la gruesísima alfombra que cubre casi toda la casa-. Al llegar abajo Amma y Thomas están hablando en la mesa del comedor. Yo camino hasta la sala donde me lanzo sobre mi sofá de cuero café y enciendo la enorme TV. Para mi felicidad en el canal que escojo están dando mi película favorita: Hermosas Criaturas. Me quedo en una posición rara e incómoda prestándole total atención a la película.

No creo en la suerte pero parece ser que la mía es una mierda, porque apenas acaba la película suena el timbre. Me quejo en voz alta antes de levantarme para abrir. Tengo un replica en la punta de la lengua lista para salir disparada como veneno, pero cuando veo sus ojos me quedo petrificado.

Él entra como Pedro por su casa sin siquiera saludarme. Cierro la puerta de un portazo y tras poner los ojos en blanco camino hacia el interior de mi casa.

-¡Hola señora Lertau!

-Hola Jake McDaniels.

Thomas ve con rabia a Jake y aprieta la mandíbula de tal manera que tengo miedo de que se rompa algún diente.

-¿Qué haces aquí?-le espeto tan frío como un tempano de hielo.

No sé qué pasa conmigo y mis contradictorios sentimientos.

-Tenemos que hacer tarea.-suena como todo un chico bueno- ¿U olvidaste que no fuiste a clases hoy?

-Maldición.

-¡Caleb Tayler Goligth! ¡No quiero que digas esa clase de palabras en esta casa!

-Lo siento Amma.

-Ahora sube a tu cuarto a hacer tú tarea con Jake.

-Sí, señora.

Comienzo a subir las escaleras, hirviendo en rabia porque el bastardo ha ganado este round. Me lo restriega riendo burlonamente. Abro la puerta de mi cuarto y el muy maldito entra, dejándome sin oportunidad de tirarle la puerta en la cara.

-Te odio-le digo entre dientes.

-Uh que mal y eso que yo venía de tan buena fe a traerte tu tarea.