7. "Damen James"

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Caleb

Llego tarde como el infierno a Blackstreet-bueno, no demasiado, como veinte minutos-, por lo que el director me regaña por unos buenos quince y al final esto causa que falte a la primera hora. En el receso Hannah sale corriendo hacia mí y se me lanza encima.

-¿Dónde estabas?

-Yo...pues...este-tartamudeo y no sé cómo explicarle- ¿Podemos ir a algún lu...lugar más tran...tran...tranquilo?

-Oh, claro.

Me agarra la mano y salimos pitando hacia un lugar bastante alejado de todos en el Blackstreet. El lugar está escondido y es bellísimo: árboles gigantescos que forman un dosel que ya se está tiñendo de naranja, rojo y amarillo en mi estación preferida: el otoño. Hay una pequeña laguna y el pasto es increíblemente verde.

-¿Cómo conseguiste este lugar?

-Estaba escapando de mi papá y conseguí este lugar. Pase dos horas aquí hasta que se calmó y cuando volví a casa él estaba llorando.-gruñe.-Pero no vinimos a hablar aquí de eso.

La cara se me pone roja y suelto todo de una sola vez: los besos con Jake y luego con Thomas, y bueno el casi sexo mañanero de hoy con Thomas. Hay algo en Hannah que me da demasiada confianza. Su rostro se descompone y empiezo a tener miedo de que ella sea homofóbica.

¡Además yo ni siquiera soy gay! ¡O al menos creo que no!

-Lo sabía-dice luego de una pausa y sonríe de nuevo.

-¿Qué tu qué?

-Veías a Jake como si fuera un caramelo el día ese en la cafetería. Entonces supe que estabas enamorado de él.

-¿Y qué con Thomas?

-Ah... a Thomas lo ves como tu caballero de brillante armadura que vino a salvarte de tu gigantesco castillo.

Le doy un leve empujoncito. Y ella estalla en risitas.

-Eh que no es mentira.

-¿Y?

-¿Y qué?

-¿Estamos bien?

-Claro que sí. Eres mi alma gemela Caleb. Mi trozo perdido de alma. Eres más que un amigo y más que un hermano.

-Hannah.-es lo único que puedo decir antes de comenzar a llorar como toda una niña.

Los brazos de mi mejor amiga me rodean y su olor a limón invade mi olfato.

-Te amo, Caleb.

-Te amo, Hannah.

**********

¡Al fin! ¡Amado sábado, como te extrañaba!

Pestañeo furiosamente y como hay tanta oscuridad en mi habitación mis pupilas se dilatan. Cuando logro ver bien me incorporo sobre mis codos y tras bostezar enciendo mi televisor. Hago un zapping de canales y finalmente comienzo a ver CSI: Nueva York. En el capítulo los investigadores buscan minuciosamente al asesino de dieciocho personas. Pero justo cuando creen tenerlo, es su sospechoso el que aparece muerto y el capítulo termina.

Giro para ver el reloj en mi mesita, los números verdosos brillan anunciando que son casi las once de la mañana. Como cada fin de semana me he levantado con ganas de volver a acostarme. Pienso detenidamente en volver a hacerlo pero en ese momento Can' t be tamed de Miley Cyrus, la canción que escogí para Hannah suena.

Un triángulo NO tan comúnWhere stories live. Discover now