43. "Corazones rotos y canto horrible"

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Hannah

Termino de hacerme la cola de caballo mientras el idiota de Damen juega con su celular.

-Idiota, mírame-le chillo lanzando hacia él una de mis almohaditas-emoji.-Austin va a llevarme a cenar.

Quita su celular de enfrente me mira durante tres segundos y luego vuelve a jugar.

-Te queda horroroso ese labial, te lo he dicho veinte veces. Paraces actriz porno con esa cola de caballo, ese mono que llevas puesto o legging es asqueroso y esas sandalias parecen de niña de pueblo y eso es mucho decir considerando que tenemos una buena parte de familia en Kansas.  -Eres un idiota-respondo enseñándole el dedo medio y él al parecer lo nota porque hace lo mismo.

Pero Damen es el hermano que nunca tuve y en estos casos nunca, nunca miente. Así que me suelto la cola de caballo, me saco las sandalias y las lanzo a la basura al igual que los leggins de leopardo.

-Tenías razón consciencia. 

-Soy tu parte racional mi niña, obvio la tenía.

Camino al baño y me quito el maquillaje, luego guardo el top negro en mi armario y me acuesto al lado de Damen en ropa interior.

-Bien, Vicente. Lo admito, en serio, en este momento no se qué sucede conmigo.                                  -Ajá y ¿qué más?                                                                                                                                                                     -Necesito tu ayuda.

Mi primo bloquea su celular y lo deja sobre mi cama.

-Bien, ve y alisa tu cabello. 

-¿Liso?-digo con la voz estrangulada-No lo uso así desde... Desde...

-Desde que se fue Kyle Montgomery. Ya mi amor, superalo. Tienes a Austin y él si te valora. Además, ya pasó un año entero y Caleb también entro a nuestras vidas, así que ve. 

 -Si mamá.

-Así me gusta mi niña que obedezca.

-Ay cállate.

Tomo la plancha en mis dedos y uno de mis mechones. A la vez escucho a Damen hurgando en mi armario.

-Tranquila-digo suspirando-Austin no es Kyle, y el maldito cabello liso no da mala suerte.

Luego de decir mi mantra al menos diez veces respirando profundo entre mantra y mantra aliso mi cabello. Lacio mi cabello duplica su tamaño así que ahora llega hasta mi zona lumbar.

-Parezco la puta niña del aro.

-No seas dramática, ahora pon esto en tu cuerpecito.

Mi primo extiende hacia mí un jean celeste, me lo pongo y él me pasa una camisa manga larga fabulosa que había olvidado que tenía es color dorado transparente con brillantina.

-Muy bien, genial. Ahora iré por un par de tacones y tu chaqueta, mientras tanto maquíllate.

Damen se aleja hacia mi armario de zapatos (sé que estoy loca por tener un armario sólo para mis zapatos, pero las Kardashian lo tienen, ¿por qué yo no?) y yo me aplico el maquillaje. Cuando vuelve sólo falta aplicar el labial.

-Toma.

Cojo las botas de cuero azul con un poco de tacón, me las pongo y él lanza hacia mí un tubo de labial rosa medio y luego me tira el brillo transparente dorado. Me los aplico y estoy lista.

-Te ves...

-Fabulosa-termino su frase por él y luego lo abrazo.-Muchas gracias primo.

-Crecen tan rápido.-dice fingiendo secarse un par de lágrimas teatralmente.

Un triángulo NO tan comúnWhere stories live. Discover now