45. "Viajes excéntricos a Singapur"

19 3 0
                                    

Caleb

-¿En serio vas a irte con Brooke, Damen?-le repito la pregunta por sexta vez consecutiva desde que desperté. Y no sólo yo, Hannah también lo ha hecho. 

-Por doceava vez, si Caleb, iré a Singapur con mi madre. Necesito arreglar las cosas con ella.        

-¿Pero y si quiere alejarte de nosotros?-cambia la pregunta mi mejor amiga.

-Cierto.

-Obvio no lo permitiría, aunque tuviera que emanciparme.-responde muy decidido.-Ahora ayúdenme a guardar las cosas porque no sé qué tipo de ropa se supone que debo usar en Singapur. Eso sí, lo único que les pido es que me dejen llevarme esas hermosas botas que me regalaron, son fabulosas.

Su prima y yo nos miramos complacidos. En serio, esas botas son perfectas para él y no sólo eso también nos deshicimos de las otras horrendas, así que puede decirse que fue matar dos pájaros de un solo tiro.

-Tranquilo, puedes irte hoy con ellas puestas. Ahora ve, busca desayuno para los tres mientras escogemos sabiamente que ropa usarás en Singapur.

-Muchas gracias.-él asiente y sale del cuarto dejándonos a ambos solos y listos para guardar lo mejor pero a la vez más cómodo de su guardaropa.

Damen

Mi tío a quien llamo papá está sentado en el mesón de la cocina charlando y riendo con Randall.

-Buenos días.

-Buenos días, Damen.-responden ambos.

Mi papá se levanta a abrazarme, se lo devuelvo y él deja un beso en mi frente.

-¿Te vas a trabajar ya?-le pregunto intentando no sonar dolido.

-Por supuesto que no, hijo.-responde ocupando su lugar de nuevo-Voy a estar aquí, antes, durante e incluso hasta que subas a ese avión con Brooke. Ya he avisado al trabajo, esto es mucho más importante.

Mis ojos se llenan de lágrimas que contengo pestañando fuertemente. Él sonríe hacia mí y luego Randall pone un plato lleno de panqueques con miel y sirope de chocolate delante de mi papá. Se sonríen y al parecer se meten en su propia burbuja. Esto es raro, diablos a veces creo que ellos tienen algo. Perturbador. Carraspeo con una poca-mucho-demasiada fuerza. El señor Peridan se lanza hacia la sartén de nuevo mientras mi papá se pone rojo como tomate y empieza a apurar su desayuno.

-¿Señor Peridan podría subirnos desayuno?

-Sí, Damen, en seguida-responde tartamudeando sin despegar la vista del sartén.

-Muchas gracias-murmuro alejándome no vaya a ser que les dé por intercambiar saliva. Ew.

Luego recuerdo que me llevaré un par de camisas de mi papá así que regreso y por suerte, están tal como estaban cuando había salido.

-Papá, tomaré un par de cosas tuyas-le digo.

-Está bien, ve a buscarlo a mi cuarto-responde con la boca llena. 

Gracias-digo besando su frente.

Luego si corro hacia su habitación. Agarro una camisa blanca con una franja gris que abarca ambos hombros y en el centro tiene un logo entrelazado y la frase: "Oxígeno sincero del 89". Que me queda gigante y estoy seguro será perfecta para dormir. También agarro otra exactamente igual pero color rojo con un tigre en tonos de grises en la parte de atrás y por delante la frase: "Dame más, siempre he estado listo para eso". Justo cuando las estoy doblando entra mi papá.

-Listo, ya me voy.

-Espera un minuto, tengo algo para ti.-dice caminando hacia una de las gavetas.

La abre y saca algo, camina hacia mí y entonces veo lo que es: una cajita negra. Me la entrega con un rostro nervioso. La abro y dentro hay una pulsera de titanio con pequeñas incrustaciones de diamantes.

-Me encanta-tartamudeo y lanzo mis brazos a su cuello-Gracias papá. 

-Por nada hijo, sabes que te quiero mucho. 

-Yo también.

Cuando nos separamos yo tengo las mejillas llenas de lágrimas y él tiene los ojos cristalizados.

-Iré a terminar mi maleta.

Me volteo y entonces el me coge por el antebrazo y me hace girar.

-¿Vas a volver verdad?

-Por supuesto que sí. Este es mi hogar.

Me sonríe y después de otro rápido abrazo permite que me vaya a mi cuarto. Dios, espero estar haciendo lo correcto. Cuando entro, mi jodida maleta ya está lista, y mi prima y nuestro mejor amigo están viendo "Liv y Maddie" mientras devoran sus panqueques.

-¿Y los míos?

-Randall te va a subir los tuyos dentro de unos minutos porque Cal y yo nos lo comimos-dice Hannah con la jodida boca llena de MI desayuno. Desgraciados.

Debido a que tengo que esperar los míos, guardo las camisas de mi papá y entonces entró a ducharme.

*******

Me pongo el jean negro más ajustado que tengo, mis botas, una camisa blanca, una chaqueta de cuero color caramelo, la pulsera que me regaló mi papá y me peino rápidamente. Brooke me acaba de llamar diciéndome que está en el aeropuerto esperándome y yo estoy a punto de tener un ataque nervioso.

-Relajación ante todo-espeta Hannah trenzando su cabello.

-Respira profundo Dam-agrega mi mejor amigo acercando hacia mí un gran trozo de chocolate.

Casi lo arranco de su mano y gimo. Esto es horrible.

-No iré. Listo, no iré.

-Hey, calma.

-Pero, es qué...

-Calma-dicen ambos al mismo tiempo.

-Ya decidiste hacer esto así que debes terminarlo. Vamos muéstrale a Brooke que puedes hacerlo.

-Sí, guapo, muéstrale que eres mejor que ella.

-Bueno, bueno lo haré.

********

Los largos rizos negros de mi madre están todos atados en una alta coleta, lleva puesta una lycra roja, una camisa negra con estampado rojo, unos zapatos Miu Miu y sus gigantes maletas color rosa palo. Esta mujer en serio es excéntrica. Mi papá lleva mi maleta plateada, mientras Hannah y Caleb me abrazan y Randall se queda atrás escuchando despotricar a mi papá. Lo cual me parece algo muy normal, Brooke fue una de las peores personas que entraron en mi vida y lo más triste es que ella es mi madre.

Nos acercamos y ella esboza una sonrisa que me causa escalofríos porque es idéntica a la mía. Hannah y Randall se quedan detrás de mí calmando a mi papá mientras que Caleb toma mi maleta de sus manos y me la pasa. Me besa las mejillas murmura "te amo" y luego se acerca a ellos.

-Hola Brooke-digo con la voz ruda. Ella suspira-Es un placer verte, Damen. 

-¿Nos vamos?

-Seguro.

Se voltea y empieza a arrastrar sus maletas, yo me despido una vez más con la mano y la sigo. Estoy listo para al menos al final del viaje poder decirle mamá. Estoy cruzando los dedos para que suceda eso.

Caleb

Brooke se voltea empezando a arrastrar sus maletas mientras que mi mejor amigo se despide con la mano y luego sigue a su madre. Suerte guapo.

-Si le hace más daño voy a asesinarla-despotrica el señor Carter.

-Papá, cálmate. 

 -Lo haré Hannah. Me conoces. 

 -Sí, pero eso es ilegal-apunta el señor Peridan abrazándolo por los hombros-Y entonces irías a prisión y dejarías a Hannah sola y a Damen con Brooke, así que te calmas.

El señor Carter suspira fuertemente y abraza a Hannah también, tal parece que el señor Peridan es quién lo ha traído de vuelta a la realidad. Yo me quedo detrás de ellos. Esto es algo muy parecido a una escena familiar en la que yo no pienso interrumpir. 

Un triángulo NO tan comúnWhere stories live. Discover now