Hannah
Austin me besa, guiña el ojo y se aleja hacia la casa de Samara. Tienen reunión de animadores. Damen está echado sobre la alfombra riendo mientras mi papá está sobre él, haciéndole cosquillas.
-Basta-digo empujando un poco a papá. -Amargada-me da como respuesta mi papá. Frunzo el ceño. -Tanta risa me dio hambre-agrega Damen sobándose la panza. Sonrío.
Damen ha estado últimamente comiendo mucho mejor. Mi papá se enteró-por quien sabe quién-que Damen era suicida y bulímico. Así que comenzó a darle un poco de atención extra.
-¿Qué quieres comer, Dammy?-pregunta mi papá. -Mmm, no sé. -¿Y yo qué? -Uh-uh. ¿Comemos pizza?
Mi primo coloca una cara de culpa mientras se imagina todas las calorías y grasas. Pero luego sonríe, asiente con la cabeza y pide piña.
-Ew-chillo ante la mención de la piña.-Yo quiero tocineta. -Entonces será una pizza margarita con piña y otra con tocino.
Damen y yo besamos a mi papá y él se aleja a pedir las pizzas todo colorado.
-Te amo, Dammy-le digo, abrazándolo.
-Y yo a ti, Hann. }
-¿Qué es eso?-pregunto cuando veo una especie de foto arrugada en el bolso de Damen. -Nuestra foto.
-¿Qué foto?
-De cuando teníamos doce.
Él me pone la foto en la mano y la veo: mí yo de doce años sonríe a pesar de que tiene los dientes chuecos, el cabello está todo desordenado y corto. Y para completar su ropa es horrenda. El Damen de doce años sonríe incómodamente, su cara está gorda y sus cejas casi inexistentes. Su estómago sobresale un poco de su apretada camisa roja. Pero a pesar de eso está abrazando a mí yo infantil. Ambos muy felices.
Recuerdo ese día perfectamente. Damen estaba cumpliendo años y su madre-mi tía-le había regalado esa súper-mini-pequeña roja camisa. Yo le había dado un collar que tenía la estrella de David. Y a él le había encantado. Damen estaba incómodo en la foto porque su madre no solo le había regalado esa ajustada camisa. Si no que además él comió tres trozos de torta y ella lo llamo cerdito. Perra.
-Eras lo único bueno en mi vida además de nuestra abuela, Hann. -Te amo idiota-le recuerdo mientras lo abrazo más fuerte. -Y yo a ti prepotente-ambos reímos-Ese día comencé no solo a vomitar, también a ejercitarme.
Mi corazón se estruja con fuerza. Damen y yo tuvimos que hacer muchos sacrificios para poder ser los sexys chicos que somos ahora.
-Vengan a comer, niños.-llama papá.
YOU ARE READING
Un triángulo NO tan común
Teen Fiction¡Hola! Mi nombre es Caleb Goligth. Tengo diéciseis años y una vida fantabulosa. Bueno... casi. Llevo años enamorado de mi vecino Jake McDaniels. Pero el chico no me ha dado ni una mirada en mucho tiempo. Es más estoy seguro de que no ti...