Un triángulo NO tan común

30. "Au Revoir!"

Damen

Siento a mi corazón desgarrándose.

Lo cual es totalmente normal, considerando que la chica de la que estoy enamorado va a ser llevada a Francia en contra de su voluntad por su loca madre. Trato de no llorar para no alertar a ninguno de mis familiares, pido permiso para irme a mi habitación y en cuanto estoy dentro lo único que puedo hacer es sollozar.

Por supuesto, no es que quiera ser papá, soy demasiado joven pero ni siquiera tuve voz ni voto en lo que van a hacer con mi hijo. ¿Con qué derecho ella se va a llevar a Irina? ¿Con qué derecho va a darles a mi hijo a unos desconocidos en Francia para que lo críen? Me duermo después de estar varias horas llorando

Caleb

Me despierto bruscamente debido a los gritos y el zarandeado que me da mi mejor amiga. Esto se siente tan jodidamente Deja Vú, si sabes a lo que me refiero.

-¡Caleb, levántate!

-Cinco minutos más...

Hannah se harta de intentar levantarme, así que, ¿cuál es su solución? Pues lanzarme agua helada encima. Me incorporo de golpe.

-¡Hannah!-le grito a mi supuesta mejor amiga encarándola.-De acuerdo, ya estoy despierto.

-Es Damen.

Su voz se quiebra y por un momento puedo jurar que tiene alguna terrible noticia respecto a él.

-¿E-está t-todo bi-ien?-tartamudeo acercándome.

Asiente, respirando profundamente, cuando sube para encontrar mi mirada luce una mueca.

-O algo así, la madre de Irina se la va a llevar lejos.

-¿Q U É?

Hannah trata de darme un resumen de la poca información que pudo reunir gracias a su primo mientras me visto con lo primero que encuentro en mi clóset. Un jean blanco, los converse color verde agua de mi mejor amigo y una camisa rosa. Tomo mi chaqueta y casi en seguida estamos corriendo por las escaleras de mi casa.

Estoy totalmente solo, por lo que dejo una pequeña notita avisando en la puerta de la nevera y me alejo con mi bestie.

-Vamos.

Nos subimos a su auto, y en el camino ella me dice exactamente lo que está pasando. Me cuenta que la mamá de Irina decidió llevársela a Francia y dar al niño en adopción allá.

-Que bruja.

Hann asiente.

Damen

Me aferro a Irina, mientras ambos lloramos.

-Los conozco, ¿sabes?

-¿A quiénes?

-A los que van a adoptag a nuestgo bebé.-clavo mis ojos en ella.-Son buena gente, son amigos de mis padges desde que soy pequeña. N-nunca han podido teneg un bebé, ellos van a amaglo o amagla, Damen.

-Pero nunca lo veré, Irina.-gruño, mientras vuelvo a llorar.-Jamás voy a conocerlo, ni podré escoger su nombre. No lo veré dar sus primeros pasos...

-¡Basta, Damen!-grita alejando sus manos de las mías.-Yo tampoco lo hagé. Estás siendo egoísta. Yo tampoco voy a veg ninguna de esas cosas.

-Lo siento. Tienes razón.

-Escojamos nombges, quizás si se los pido se lo ponen.

Al final mientras lloramos escogemos Ruth si es niña y Jesse si es niño.

Por supuesto, la loca de su madre y su hermana gemela nos encuentran en el parque. Escucho gritar a la señora Étoile un montón de cosas en francés que no entiendo y nadie me traduce. Irina se resiste, pero al final logran meterla al auto.

-¡Todo va a estag bien, Damen!

Entonces observo como se alejan la chica que amo y nuestro hijo. Me dejo caer de rodillas en el suelo mientras sollozo.

-¡Damen!

Escucho la voz de mi prima y de mi mejor amigo, ambos gritando mi nombre.

-Se fue chicos, se la llevaron.

-Oh, cariño.

Ambos me atrapan entre sus brazos, dándome un gran abrazo. Lloro en sus pechos, dejando ir todo el dolor que estoy sintiendo este momento.

Caleb

-Finalmente se durmió.-le dice Hann a su padre cuando salimos de su habitación.

El señor Carter luce preocupado, estresado y cansado.

-Vaya a dormir, señor Carter.-digo, dándole una palmada en el hombro.-Su hija y yo estaremos pendiente de él. Usted necesita descansar.

Él nos sonríe, se levanta y acaricia nuestras cabezas.

-Damen tiene mucha suerte de tenerlos.

Después se va, dejándonos solos.

-¿Crees que va a estar bien, Cal?

Ella se deja caer contra mí, así que la atrapo en un abrazo.

-Damen es fuerte, Hann. Yo creo que sí.

-No puedo creer que él haya sido tan tonto como para embarazarla.

-¡Hannah!

-¿Qué? ¡Es la verdad!

-Bueno, sea como sea, tenemos que estar ahí para Damen. Ahora más que nunca va a necesitarnos.

-Tienes razón.