20. "El crujir de mi corazón"

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Caleb

Entro en mi casa intentando no hacer ruido. Después de todo mi abuelo sigue molesto conmigo.

-Hola abuelo.-digo. Él me ignora.

De hecho se pone su periódico bajo el brazo, agarra su vaso de ron y se va sin siquiera mirarme. El corazón me da un vuelco. Y mi estómago gruñe.

-Hola Amma-saludo cuando entro en la cocina.

La mujer que prácticamente me crió me echa una mirada de decepción, extiende un plato de lasagna hacia mí y se va sin decirme una palabra. Los ojos se me llenan de lágrimas. No suelto ninguna. Me siento a comer completamente solo y, cuando termino, Thomas baja las escaleras con su maleta, me ahogo con mi jugo y camino hasta él.

-¿A dónde vas? 

-Me iré un tiempo, voy a estudiar en Stanford, tu abuelo me pagó la matrícula del primer semestre.

-Felicitaciones-digo, él me sonríe por primera vez en el día, pero es una sonrisa forzada. 

-A partir de hoy tendrás que caminar a la escuela o buscar alguien que te lleve. Tu abuelo no contrató a alguien nuevo.

-¿Pero qué les pasa a todos ustedes?-suelto molesto.

Thomas suelta una carcajada, pero fría.

-Nos preocupaste y mucho. Pero de todas formas ya debo irme.

Él comienza a arrastrar su maleta y antes de que abra la puerta digo:

-Jake y yo somos novios. Y no soy virgen.

Los músculos de su espalda se tensan, luego se voltea, su cara una expresión dura.

-¿Así que eso es lo que hacías? ¿Perder tu virginidad como un putito sin valor, para que alguien te preste atención?-los ojos se me llenan de lágrimas pero no pienso dejar que él me vea.

Subo corriendo las escaleras mientras comienzo a sollozar. Cuando abro la puerta de mi cuarto escucho la puerta de la mansión cerrarse.

-¡Maldito!-chillo inclinándome sobre el W.C y dejando allí mi cena.

"¿Así que eso es lo que hacías? ¿Perder tu virginidad como un putito sin valor, para que alguien te preste atención?"

Cada una de sus palabras son como un cuchillo en mi corazón. Quizás él tiene razón. Quizás quiero atención. Me lavo la boca y salgo, me cambio mi uniforme por una camisa negra, unos jeans negros ajustados, mis viejos converses negros y me peino. Veo el empaque de goma de mascar de canela en mi mesita de noche y lo lanzo a la papelera.

Maldito Thomas Rofermont.

"¿Así que eso es lo que hacías? ¿Perder tu virginidad como un putito sin valor, para que alguien te preste atención?"

Agarro mi IPhone y le envío un mensaje a Jake pidiéndole que me espere afuera y me lleve al cementerio.

"¿Así que eso es lo que hacías? ¿Perder tu virginidad como un putito sin valor, para que alguien te preste atención?"

Sollozo de nuevo y la voz de Thomas Rofermont sigue en mi cabeza. Jake responde afirmativamente. Sonrío a la pantalla y me pongo mi suéter gris, tras pensarlo unos minutos recapacito y lo lanzo debajo de mi cama, colocándome en su lugar una chaqueta de cuero negro que me regaló Hannah hace un mes. Guardo mi celular, con mis almohadas hago un falso señuelo, pongo el cubre-camas hasta arriba.

Agarro mi copia de la llave y cierro con seguro. Más nadie tiene la llave de mi cuarto. Antes de bajar las escaleras espío y no veo a nadie sin hacer ruido bajo y salgo por la puerta principal.

Un triángulo NO tan comúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora