Capítulo 42.

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Los aplausos, silbidos y gritos inundaron el lugar, la mayoria parecia de acuerdo con la idea de la nueva reina, el resto sin embargo no tenía otra opción más que resignarse. Toni se acercó con ambas coronas en la mano, Jughead se colocó la suya y colocó la otra sobre la cabeza de Betty. 

-¡Larga vida a la reina!- Gritó Jughead.

-¡Larga vida a la reina!- Contestaron todos a la misma voz. 

El corazón de Betty iba al mil por minuto, se sentía feliz, querida y en familia, lo cual no había ocurrido en mucho tiempo. Se giró hasta encontrarse con el rostro de su novio y lo besó, con la pasión y energía que nunca había usado.

A lo lejos tres figuras atónitas observaban el evento. Dos tenían una sonrisa, la tercera... parecía más bien orgullosa.

Desde que Cheryl había conocido a Betty deseaba que la pequeña rubia luchara por lo que quería, que su voz se elevara y se mantuviera fiel a sus ideales. A pesar de que poco a poco había comenzado a defender a puños y garras quien era realmente, por fin había reunido el valor necesario para ser ella misma. Que orgullosa la hacía sentir.

El trío del norte caminó hasta encontrarse cerca de la barra, Archie se acercó a esta pidiendo las bebidas de él y sus amigos.

-Necesito sus identificaciones.- Pidió el chico que atendía. El trío elevó una ceja mirando al alto pelinegro. 

-¿Disculpa? ¿Acaso no sabes quienes son mis padres?- Preguntó la morena mirando al chico.

-No, no lo sé.- Contestó obvio, a lo que Verónica retrocedió confundida. -Sus identificaciones por favor.

-Mis padres son Hermione y Hiram Lodge.- Aclaró. 

-Felicidades, aún necesito sus identificaciones.

-Querida, tus padres pueden ser famosos en Nueva York, pero aquí los míos tienen el poder.- Susurró Cheryl en el oído de la pelinegra. -Mis padres...- Comenzó.

-No me importan quienes sean tus padres.- Interrumpió. -Sin identificaciones no hay alcohol.

El trío rodó los ojos con intenciones de alejarse de la barra ¿Acaso se veían tan pequeños?

-¡Hey!- Saludó Betty. -¿A qué hora llegaron?

-Majestad.- Dijo la pelirroja imitando una reverencia. -Llegamos justo para verte desnudandote.

Los ojos de Betty se abrieron a más no poder, su rostro se pintó de Carmín y el calor subió hasta sus mejillas.

-No te preocupes.- Siguió hablando. -Lo hiciste genial, yo me hubiese quitado la ropa antes, pero tu estuviste maravillosa.- Sonrío tranquilizando a su prima postiza.

-¿Maravillosa?- Cuestionó Verónica. -Si no tuviera novio te besaría en este instante.

Los ojos de Archie y Jughead se abrieron interesados en lo antes dicho.

-Lástima que ambas tenemos novio, siento que seríamos una pareja excelente.- Respondió Betty, la morena abrazó a su mejor amiga con la sonrisa más grande del mundo. Que feliz estaba por la rubia.

-¿Quieren beber algo?- Preguntó Jughead. -La casa invita.

-Lo intentamos, pero no nos dejan beber sin identificación.- Archie se encogió de hombros. 

-¿Quién les dijo eso?

-El idiota de la barra.- Respondió Cheryl mirando en esa dirección. -Pueden creer que no sabe quienes somos.

Betty soltó una ligera risa mientras su novio rodaba los ojos.

-Cheryl, esto es el lado sur.- Aclaró Jughead. -Aquí no importa quien sea tu padre o madre y el poder que tengan, aquí importa quién eres tú.

Los ojos de la pelirroja rodaron en cuanto terminó la frase del chico.

El grupo de norteños, acompañados por el Rey y la actual reina serpiente caminaron hasta la barra.

-Ya les dije que no hay alcohol sin identificación.

-Déjate de bromas y sírveles algo Fangs.- Dijo Jughead.

Fangs asintió de mala gana.

-Chicos déjenme presentarlos con algunos de los norteños que valen la pena.- Dijo el pelinegro. - Fangs, Sweetpea, Toni.- Mencionó en orden. -Ellos son Archie, Verónica y...

-Cheryl Blossom.- Toni la recorrió a la chica con la mirada. -Es un placer volverte a ver. 

-El placer es mío.- Respondió mirándola de la misma forma.  

Fangs miró a las personas frente a el procediendo a servir cinco pequeños vasos.

-Tal vez esto sea demasiado para ustedes.- Dijo el moreno entregando las bebidas.

Jughead rio entre dientes al igual que la morena de mechas rosa. 

-Debe tomarse todo de un trago.- Dijo Betty mirando a sus amigos quienes asintieron y tras una mirada de unos a otros bebieron. 

La noche era larga y las bebidas no parecían tener fin, uno tras otro los tragos aparecían sobre la barra, y el grupo de amigos gustosos los recibían, después de un rato el efecto del alcohol surgió en los chicos, quienes ya mareados estaban bailando en medio del bar,

-¡Por Dios!- Exclamó Verónica emocionada. -Amo esta canción.- Gritó bailando al ritmo de la música.

Betty pasó los brazos por detrás del cuello de su novio pegando su torso contra el de él, el oji-verde acercó a la rubia lo más que pudo.

-Juggie.- Dijo Betty sobre los labios de su novio. -Estoy enamorada.

-Estás ebria.- Respondió riendo.

-Sí, eso también.- Sonrió. -Pero en serio estoy enamorada, o al menos eso creo.

-También estoy enamorado Betts.- Respondió sonriendo de la misma forma. 

-¿De quién?- Preguntó Betty confundida.

-De la rubia que me vuelve loco.- Betty miró a su al rededor.

-¿La conozco?- Preguntó mirando al chico. Jughead rio.

-Claro que la conoces.- Besó sus labios. -Eres tu.

Betty sonrió comenzando a besar a su novio, subiendo la intensidad poco a poco, cuando el oxigeno comenzó a escasear se detuvieron y tras mirarse una vez más ambos comenzaron a caminar hacía las escaleras del bar.

-¿A dónde lleva a Betty?- Preguntó Cheryl.

-Tal vez está cansada.- Respondió la morena. -¿Quieres que vea si está bien?

Cheryl negó. 

-Quiero que te quedes conmigo.- Pronunció acercándola.

(...)

Las fuertes respiraciones y el constante chasquido de besos resonaban por todo el estudio de arriba. Bety yacía sentada sobre el escritorio mientras el pelinegro frente a ela la besaba sujetando su cabello. Bajo las manos hasta la cintura de la chica alejandola ligeraamente de el, los besos descendieron al cuello de la rubia provocandole fuertes y constantes suspiros. 

Para este punto habpian perdido el control.

-Jug.- Dijo entre suspiros. Betty tomó el gruñido del chico como respuesta. -¿Estás seguro de esto?

El ojiverde se separó.

-Sí, lo estoy ¿Tu lo estás? 

-Sí.- Betty asintió y tras una sonrisa volvió a besar a su novio.

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