Capítulo 27

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Las malas ideas pueden surgir de dos formas; como el estúpido impulso de una voz que te dice que hagas las cosas sin pensar en las consecuencias (Generalmente está involucra buenas anécdotas para el futuro). Y la otra es como algo inocente, algo que estás seguro que no le hará daño a ningún ser humano, sin embargo por azares del destino, el universo o simples causas de fuerza mayor, las cosas terminan saliendo mal. 

Betty yacía fuera del bar, sujetaba su bolso con fuerza mirando la fachada, lucía más sombrío y sucio que la ultima vez que lo visito. ¿Por qué la asustaba entrar? Definitivamente necesitaba sus pastillas. Inspiró profundamente y cruzo el umbral. El lugar estaba vacío, confundida retrocedió para ver el gran nombre colocado en la pared de afuera, sí, estaba en el Whyrm, pero ¿Por qué...

-¿Quién está ahí?

La voz le resultaba conocida, sonaba fuerte, segura, pero curiosa.

-Soy Betty, Betty Cooper.- Entró lentamente. 

-¿Betty?- Toni salió de detrás del mostrador. -¿Qué haces aquí?

Caminó hacia ella, la tomó del brazo metiéndola al establecimiento y cerró rápidamente, camino aún sujetándola por la muñeca, colocando a ambas detrás del mostrador. Toni la examinó, lucía bien, tranquila, a salvo, inhalo profundo pensando en su mejor amigo, se volvería loco si supiera que la chica estaba ahí.

-Busco a Jughead.- Pronunció un tanto confundida. Betty miró a su alrededor. -Dijo que estaba trabajando aquí.

-Sí, lo estaba.- Respondió la morena. -Hubo un asunto con las serpientes y el...

-¿Las serpientes?- Su voz salió más temblorosa de lo que esperaba. -Jug... el...el... ¿Está bien?

-Lo estará.- Toni sonaba segura. -Tranquila, ¿Quieres un trago?

-No, gracias.- Toni asintió sirviendo un poco de wiskey en un pequeño vaso. 

Betty comenzó a observarla, la pelirrosa era muy linda, sus rasgos eran delicados, lo cual la hacía ver muy joven, de no ser por el maquillaje Betty apostaría a que Toni Topaz tenía quince años. 

Era completamente opuesta a Betty, mientras la rubia vestía atuendos en tonos pastel, Toni usaba ropa oscura, Betty siempre cubría su abdomen y rara vez dejaba ver sus piernas, mientras Toni mostraba más de su esbelto y lindo cuerpo, el maquillaje de la ojiverde siempre era ligero, la morena cargaba un poco más su maquillaje, coloreando sus labios con tonos rojizos y oscuros. 

La mirada de Betty estaba llena de admiración hacia la chica.

-¿Esperarás a Jughead?- Betty asintió. -Puede que tarde demasiado.- La rubia se encogió de hombros.

-No tengo prisa.- Dijo mirando el vaso.

-¿Por qué no te...- Un estruendo resonó en la parte de atrás del lugar.

-¿Qué fue eso?- Preguntó Betty con la voz temblorosa. Un golpe volvió a surgir. -¿Hay alguien más aquí?

Toni negó con la cabeza. 

-No.- Murmuró.

El ruido se repitió, esta vez desde el espacio opuesto, cerca de la puerta, alguien intentaba entrar al lugar. La puerta se azotó con fuerza, ruidos de golpes resonaban más y más intensos cada vez. ¿Qué estaba pasando?

-Debemos salir de aquí.- Habló Betty. Un fuerte golpe la hizo saltar en su sitio. -Toni debemos salir de aquí ya.

Toni asintió, tomó algo detrás del mostrador, sujetó el brazo de Betty y la encaminó a las escaleras.

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