Capítulo 39.

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Archie no había conseguido aclarar aquel confuso asunto con Verónica. Después de la corta charla con Betty cada uno había partido a un destino diferente, por lo que la oportunidad del pelirrojo se esfumó en menos de un segundo.

Con un suspiró digitó por enésima vez el número que -ahora- era el más reciente en su memoria. 

-Por favor contesta.- Murmuró entre dientes suplicándole al creador que lo ayudara, sin embargo, no hubo respuesta.

Arrojó el celular a la cama dejándose caer al lado de este. Quitó su camisa en una señal de desespero y frotó su rostro.

El teléfono se iluminó.

-¿Contesto?- El mensaje de su mejor amiga yacía ahí frente a el. 

No respondió. 

Con molestia se puso de pie, caminó hacia la ducha y comenzó a prepararse para la dichosa cena.

(...)

Hacer una tormenta en un vaso de agua es más fácil que calmarla, y Jughead se dio cuenta de eso en cuanto pisó el estudio del Whyrm. 

El trío de amigos que estaban ahí comenzaron a bombardearlo con preguntas en menos de dos minutos, al parecer todos habían estado preocupados por el, ¿Y cómo no hacerlo? Si el chico había pasado casi medio día dormido al lado de uno de los ríos más peligrosos del pais.

Cabe mencionar que el azabache intentó explicar más de una vez el hecho de que todo había ocurrido de forma accidental, sin embargo sus amigos no opinaban lo mismo, de hecho creían que el creciente alcoholismo del chico era la única razón por la cual se había quedado dormido. Lo cual, no era mentira.

A pesar del enojo y los cientos de regaños y sermones que Jughead Jones escuchó aquella fría tarde, el trío de serpientes lo ayudó a arreglarse; el traje frente a él era negro, completamente negro. Camisa negra, corbata negra y saco negro, la mirada del pelinegro estaba sumida en el gran espejo pegado a la pared.

-¿No crees qué es demasiado?- Pregunto aflojando la corbata.

-Creo que es perfecto.- Contestó el moreno reajustando el nudo. -Te ves muy bien.

-Opino lo mismo.- Agregó Toni mirando a Jughead. -¿Llamaste a Betty?

El pelinegro negó,  se dio vuelta encontrándose con Sweetpea. Levantó una ceja en su dirección, el chico frente a el asintió. Tenía la aprobación de sus mejores amigos, eso le hacía sentir más tranquilo.

-¿Estás listo?

-Necesito un trago.

-Necesitas dejar de pensar idioteces.- Dijo Toni claramente molesta. -Basta de beber Jug, de verdad.

El azabache rodó los ojos.

-¿No creen qué es mucho negro?- Dijo señalando todo su cuerpo.

-Para nada.- Respondió Fangs alisando el traje de los hombros, para luego acomodar el cuello de la camisa. -Además, resalta tus ojos.

-Bien.- Asintió Jughead. -Entonces me voy, volveré más tarde, Sweet te quedas a cargo.- Dijo saliendo del lugar. -No hagan algo que yo no haría.- Y con eso el chico dejó el bar.

(...)

Betty estaba nerviosa, más de lo usual. Se suponía que esta cena sería tranquila, algo común, sin embargo su estómago le indicaba lo contrario.

-¿Lista?- Preguntó su madre asomando la cabeza por la puerta.

-Sí.- Betty asintió tomando un lindo chal a juego con su vestido y bajo las escaleras.

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