Capítulo 30.

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El mensaje era un saludo, un simple y calmado saludo que había hecho brincar los nervios de Betty, inhalo para calmarse y texteo de regreso; en eso se basó su fin de semana, en textos entre ella y sus amigos. ¿Jughead sólo era su amigo?

El lunes había llegado, y con el él colegio estaba de vuelta, Betty entró apurada al lugar, corrió hasta su taquilla, la abrió y tomo la carpeta azul. La tarea de química de Reggie.
Buscó al moreno con la mirada, cuando lo encontró hablando con su mejor amiga se acercó.

-Aquí tienes.- Betty le extendió la carpeta. Reggie la ojeo, ambas chicas se miraron y rodaron los ojos.

-Muchas gracias Cooper.- Sacó su billetera y le entregó el dinero faltante.

-Como siempre Reggie, es un placer hacer negocios contigo.

Comenzó a caminar de vuelta a su taquilla, hasta que recordó la conversación con su pelirrojo amigo.

-Verónica.- Se giró para mirarla. Verónica la miró con las cejas arriba, mientras sonreía. -¿Podríamos hablar más tarde?

-Claro.- Aceptó con un ligero tono de preocupación. -¿Está todo bien?

-Mmm.- Betty exclamó. -Algo así.

El timbre sonó.

-Debo irme, te veré en el almuerzo.

La rubia comenzó a correr dejando a ambos chicos completamente confundidos. Verónica repasó en su mente todas las posibles razones por las que Betty querría hablar con ella. Nada vino a su mente.

-¿Fuiste una chica mala Lodge?

Lo miró con una ceja arriba.

-Siempre.- Guiñó y comenzó a caminar a su aula. Hoy sería un día largo para ella.

(...)

Jughead entró al azul y oro, su corazón se aceleró en cuanto vio a Betty revisando unas fotografías. Como le encantaba esa chica.

Sería una mentira decir que no temía a la reacción que ella tendría tras la noche del viernes, sin embargo tenía que afrontar la situación. Y mientras antes, mejor.

-Buenos días.- Dijo lo suficientemente fuerte como para hacer brincar a Betty. Los nervios lo estaban traicionando.

-Hola Juggie.- Lo saludó con una sonrisa. -Buen día.- Se acercó a el, depositó un beso en la comisura de sus labios y volvió a su trabajo.

Jughead la miró de arriba a abajo, Betty se veía maravillosa. Tenía una linda falda recta de cuadros blanca con roja y un pequeño pero bonito suéter blanco de manga larga, su cabello, como siempre, iba recogido en una firme pero linda coleta de caballo. Se veía esplendida.

-Las fotos duran más.- Dijo mirándolo por encima de un polaroid.

-Lo sé.- Sonrió poniendo su mochila en una de las mesas. -Por eso necesito al menos diez.- Sacó su cámara y fotografió a la chica.

-Basta.- Exclamó riendo. -Tenemos trabajo que hacer.- Señaló su mesa, ahí había al menos una docena de hojas para corrección. Jughead suspiró acercándose al trabajo.

Durante el resto de la hora se mantuvieron entregados al trabajo por completo, de vez en cuando Jughead la miraba, la luz era perfecta, al igual que ella.

-¿Cómo va el asunto con los Ghoulies?- Jughead sintió todos sus músculos tensarse.

-Ah.- Alargó. -Va bien, supongo.

-Oh.- Asintió mirándolo. -Me alegra.

-Sí, gracias.- Carraspeo. -Betty... Espero que entiendas porque no quiero que te unas.

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