Capítulo 46.

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Hay momentos de la vida en la que todo se siente como si fuera un sueño, momentos en los que la verdad, parece una mentira. Justo como ahora.

Jughead y Betty se encontraban sentados mirando a la nada, completamente atónitos.

-Algo no está bien.- Murmuró -Algo no... no cuadra.- Dijo en voz baja.

-¿De verdad?- Cuestionó el chico a su lado. -¿Tanto te cuesta creer que te quieren ver feliz?

Algo en el interior de Betty se removió. Si bien comprendía que sus padres la amaban no entendía porque habían decidido tan de repente el aceptar a Jughead como su novio. Suspiró.

-No es que e cueste aceptar que me quieren ver feliz Jug, es sólo que ellos jamás toman una decisión sin haberle dado vueltas.- Negó con la cabeza. -Siento que algo está mal.

Los brazos del chico a su lado la rodearon, Betty Cooper una vez más se sintió a salvo, ¿Esa reacción dentro de su cuerpo duraría para siempre? Esperaba que sí.

-Todo va a estar bien Betts.- Depositó un beso sobre su cabeza. -Lo prometo.

La rubia asintió con desconfianza.

-Debo buscar mi cargador, necesito saber que Cheryl está bien.

Jughead asintió mientras Betty se levantaba del sofá, la chica besó la frente de su novio y camino escaleras arriba. El chico yacía en el sofá mientras vagaba a través de las redes sociales.

Los pasos sobre la escalera se hicieron presentes y cada vez más fuertes, lo que significaba que alguien bajaba, el silbido que resonó indicó que no era su novia quien descendía por lo que no se molestó en levantar la vista.

-Sabes, si yo estuviera en casa de mis suegros me aseguraría de sentarme bien.

-Señor Cooper siempre es placentero escucharlo.- Dijo recuperando la postura.

-El sarcasmo no me va niño.- Respondió con seriedad caminando al sofá en el que había estado momentos atrás, tomó el periódico de la pequeña mesa de centro sacudio el inexistente polvo que según él habían dejado los pies del chico y comenzó su camino de regreso.

La duda invadió al muchacho.

-Señor Cooper, ¿Puedo preguntar algo?

El hombre asintió.

-¿Por qué el cambio?- Hall sonrió.

-Betry es mi princesa, mi pequeña, odio verla triste, y creeme verla llorar me rompe el corazón.- Dijo con honestidad. -Prefiero aceptar su relación que estar en guerra con ella.

Jughead sonrió con tranquilidad, por fon lo aceptarían, tal vez le darían una oportunidad de demostrar que vale la pena, que es un buen chico y que lo que todos creen de el no es verdad.

-Ademas no necesito arruinar la relación de mi hija.- Explicó. -Tarde o temprano tu solo lo harás, ella se dará cuenta de que nunca valiste la pena y que Archie es el indicado.- Tras encogerse de hombros salió de la habitación.

Cuando abandonó el lugar un peso enorme cayó sobre sus hombros, una voz en su interior coincidía con las palabras del señor Cooper. Estaba asustado.

Betty era lo más maravilloso que tenía en su vida, y claro que le aterraba perderla, sus inseguridades y el constante sentimiento de miedo comenzaba a apoderarse de su sistema.

Exhaló con fuerza.

Betty lo amaba, se lo había dicho la noche anterior, era cierto ¿No?

(...)

Dos golpes sonaron en la puerta de la habitación, la rubia giro su rostro hacia aquel particular sonido, su madre estaba recargada sobre el marco de la entrada.

-Deberías cambiar tu ropa.

-Lo haré.- Sonrió ligeramente. -¿Todo bien?- Preguntó caminando hacia la cajonera.

Alice asintió.

-Betty, me preocupas demasiado, tu actitud ha... cambiado- Dijo lentamente.

La chica se tensó.

-No lo creo.-Dijo firme.

-Betty, eres más rebelde, estás constantemente desafiando a tu padre, desobedeciendo las reglas, Betty estás...

-Feliz.- Completó girando para encarar a su madre. -Estoy más feliz mamá y no, no es que este "rompiendo las reglas".- Hizo comillas con los dedos. -Es que sus reglas estaban hechas para una niña, y temo decirte que yo ya no lo soy.

Eran escasas las veces que Betty había visto llorar a su mamá, juraba que podía contarlas con una sola mano, pero en ese momento los ojos de aquella mujer que le había dado la vida, se encontraban completamente inundados por las lágrimas.

-Sé que ya no eres una niña.-Dijo con la voz entrecortada, luchaba por sostener las lágrimas. -Pero para mi siempre serás mi bebé, mi bebé.- Dos gotas habían comenzado a caer de los ojos de Alice.

El corazón de la chica se encogió.

-No sé como lidiar con el hecho de que creces cada vez más, yo... siento que ya no confías en mi que... que nunca hablamos.- Betty comenzaba a sentir como sus ojos picaban por las lágrimas. -Me preocupa no poder protegerte.

-Mamá...- Dijo en un murmullo. -Siempre voy a ser tu pequeña, siempre voy a estar para ti, pero no puedes seguir intentando controlar mi vida, lo siento.

Alice asintió desviando la mirada, sin una palabra más, dejó a Betty en la habitación.

La pequeña Cooper se acercó a la puerta y la cerró, dejo que las lágrimas recorrieran su rostro mientras comenzaba a cambiarse, sabía que había lastimado a su madre pero, Betty sabía que con protegerla se refería a controlar cada rubro de su vida.  Caminó hasta el espejo, lista para retirar lo poco que quedaba del maquillaje de la noche anterior, tras unos largos minutos Betty devolvió su mirada a la mesita junto a su cama, miró la iluminada pantalla de su celular.

"Lo lamento, algo surgió en el Wyrm.
Te escribo más tarde"

El sonido del auto arrancando la hizo correr a la ventana, su novio acababa de partir dejándola sola en aquella casa.

(...)

Archie se sentía sucio, y no sólo lo sentía, también se veía bastante sucio. Su rostro tenía diversas manchas esparcidas, y sobre la punta de su nariz yacía una peculiar mancha de polvo. Archie trotó escaleras arriba deseando con toda su alma poder tomar una extensa ducha. Suspiró tras entrar al baño y mirar su reflejo.

Tras la pequeña y ansiosa charla con sus padres Verónica decidió que debía ir a casa, por lo que después de unos minutos y un excelente café partió, dejando al pelirrojo en su cómodo hogar.

El exceso de cansancio no le iba para nada bien a la morena, se sentía agotada, sus pies dolían, la cabeza parecía que iba a estallar y su cabello tenía uno de los peores olores que podía sentir.

Que frustración tan grande sentía aquella chica.

Pero la frustración no era nada comparada con la inseguridad dentro de ella, ¿Por qué los padres de Archie no podían aceptarla y ya? ¿Acaso era tan poco al lado de Betty?

Estiró su mano deteniendo un taxi.

-A Pop's por favor.- Pasaría por algo de comer y después iría a casa. Mensajeó a su madre preguntando si quería algo del restaurante, la negativa respuesta le hizo sentir un nudo; Su madre seguía en la cabaña y en ese preciso momento necesitaba hablar con alguien urgentemente. Necesitaba llorar.

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