Capítulo 43

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Lo único que necesitaba Jughead para seguir era el consentimiento de Betty, el chico sabía que era su primera vez y no quería arruinarlo, los besos siguieron descendiendo y la mente de Betty cada vez se encontraba más y más nublada. Jughead abrió el cierre del vestido haciendo que este comenzara a aflojarse a medida que lo bajaba.

Sentía sus manos quemar contra la pálida piel de su novia, una vez que llegó al final del cierre dejó los labios de la chica, tomó los tirantes con suma delicadeza y los bajo exponiendo el torso y pecho de su novia, la divina lencería negra seguía adornando su piel, se acercó lentamente y depositó tenues besos sobre el pecho de la chica. 

Betty sujetó el cabello de su novio sintiéndose enloquecer ¿De verdad estaba pasando esto? Un ligero gemido escapó de sus labios cuando sintió la pequeña mordida que el pelinegro dejó sobre la piel que sobresalía del sostén, las manos de Betty tomaron el borde de la camisa de su novio levantandola para que dejara el cuerpo de él. Recorrió todo el abdomen con las manos delineando las pequeñas cicatrices que lo decoraban, la intensa mirada de Jughead no se apartaba de ella, Betty lo encaró, y mirándolo fijamente acercó las manos al cinturón del pantalón. 

Jughead tragó seco.

La rubia frente a él había dejado de ser la inocente Betty Cooper, y le encantaba.
Desabrochó el cinturón, lo quitó del pantalón y abrió el botón.

-¿Estás segura de esto?

-Sí.- Asintió Betty. -Quiero que sea contigo, quiero que sea ahora.

Jughead asintió, se separo de ella hasta llegar al sofá a su espalda, lo abrió consiguiendo que se convirtiera en una cama. Betty lo miró aún sentada en el escritorio, la musculosa espalda del chico la hacía sentir nerviosa. El era perfecto.

El pelinegro regresó tomo la cara de la chica entre sus manos y la beso con fuerza, Betty respondió el beso ligeramente aturdida, pasó las manos detrás del cuello de su novio mientras el bajaba las manos hasta los muslos de ella, Jughead apretó dándole a entender a la chica que enrollara las piernas en su torso.

Jughead caminó cargando a Betty hasta el pequeño sofá de la habitacion, la recostó con suma delicadeza quedando sobre ella.

La miró.

-Eres hermosa.- Dijo y sus ojos brillaban revelando la honestidad de las palabras.

La rubia estaba mas roja que de costumbre, lo tomó por el cuello acercandolo a ella par poseer sus labios una vez más.

(...)

La mañana había llegado y Betty Copper comenzaba a despertar en un lugar desconocido con una playera igual de desconocida. Su cabeza retumbando y los ojos ardiendo como si hubiera estado rodeada de humo la noche anterior, talló su rostro con ambas manos terminando de correr el poco maquillaje que restaba sobre ellos, estiró sus brazos consiguiendo que chocaran con algo a su lado, rápidamente giró hasta toparse con un cuerpo.

 Ahí recordó todo.

Su mente trajo al presente la noche anterior, recordó al chico sobre ella, sus labios recorriendo todo su cuerpo, y los labios de ella dejando besos sobre todo el cuerpo de su novio.

Vaya noche.

Recordó cada segundo, cada respiración y cada mirada que hubo en aquel mágico momento. Se habían entregado el uno al otro y había sido perfecto cada segundo. 

Betty estaba sonrojada. Miró una vez más a su novio, acarició delicadamente su cabello provocando que una fuerte respiración escapara de él. Sonrió.

Con un ligero movimiento intentó separarse.

-¿A dónde vas?- Murmuró acercándola a él aún con los ojos cerrados.

Our Perfect StoryWhere stories live. Discover now