Capítulo 33.

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Betty había frecuentado el Whyrm más veces de las que alguna vez pensó que haría, si bien antes la pandilla había conversado sobre visitarlo para el cumpleaños de Jughead, esto nunca ocurría pues al final del día todos decidían que lo mejor era una tranquila cena en Pop's.
Si su madre llegaba a enterarse de que estaba en un bar del otro lado de las vías en lugar de estar en clase, seguro la obligaría a terminar con Jughead. En especial si supiera la verdadera razón de estar ahí.

Un cosquilleo anunciando su ansiedad surgió en su vientre.

-¿Todo bien?

-Sí.- Asintió veloz. -Solo necesito un poco de agua.

-De acuerdo, vamos.

-No, ve arriba.- Dijo Betty tranquila. -Te veré ahí.

Jughead asintió , besó la cien de la chica y comenzó a subir. Betty tomó una fuerte bocanada y suspiró, comenzó a caminar entre las mesas hasta llegar a la cocina donde encontró a Fangs, Toni y Sweetpea.

-Hola.- Dijo tímida. Las miradas cayeron sobre ella en menos de lo que pensaba. El trio sonrió.

-Hola.- Respondieron al unísono.

-¿Qué se te ofrece Betty?- Preguntó Toni sonriendo, recargo su peso sobre la barra frente a ella en la que habían demasiados cubos de frutas.

-Necesito preguntarte algo.- Dijo acercándose.

-Claro, ¿Qué pasa?- Betty se quedó pensando unos minutos.

-¿Qué necesito para entrar a las serpientes?

(...)

Verónica enmudeció, ¿De verdad hablaba de ella? ¿O sólo era una broma de mal gusto?

Sacudió su cabeza, rasco su oído y devolvió la mirada al chico.

-Creo que te escuche mal, ¿Quieres que yo salga contigo?

Archie río bajo.

-Así es.- Dijo con una sonrisa. -Quiero que tu, Verónica Lodge, salgas conmigo.

-Archie Andrews.- Dijo Verónica asintiendo. -Acepto salir contigo.

La morena no dudo un minuto más en aceptar, correría el riesgo, ¿Qué podría salir mal?

(...)

Toni soltó una carcajada, la cual después de varios segundos se detuvo al notar como la rubia la miraba incómoda.

-¿Hablas en serio?- Dijo acercándose. -La princesa del norte quiere ser una serpiente, vaya sorpresa.

-No soy una princesa.

-Oh claro que sí.- Se cruzó de brazos. -Pero no es el punto ¿Jughead lo sabe?

La mirada de Betty se desvió a la entrada.

-Esperaba que fuese una sorpresa ¿Quizá?

Toni asintió.

-Bueno, los hombres deben pasar por un ritual de 3 días, una prueba cada uno.- Betty cerró los ojos tratando de imaginar lo que pasaría. -Pero las mujeres sólo deben hacer un baile.

-¿So- sólo un baile?

-Aja.- Señaló el tubo del escenario central. -El baile de las serpientes.

(...)

Jughead revisaba el mapa del lado sur esperando recordar algún punto que no hubiese visitado antes y donde pudieran encontrar el nido de los Ghoulies, pero nada venía a su mente. Los Ghoulies debían estar en el medio de todo, entre la zona norte y sur de Riverdale.

Suspiró, dobló el mapa y decidió enfocar su mente en otra cosa. Paso las manos por su rostro masajeando fuertemente, retiró su eterno gorro, exhaló y fijó su mirada a su derecha. La botella de whisky estaba ahí, nueva, completamente cerrada, a su lado los pequeños vasos de cristal, y un pequeño cubo con hielo recién colocado. Peabody debió haberlo hecho. 

¿Sería tan malo tomar una copa? Un no cruzó por su mente. Lo merecía, el sentía eso. Había aguantado bastantes cosas sin una gota de alcohol y ahora que estaba agotado, sentía que merecía una.

Él tenía el control, él sabía cuando parar, y podía hacerlo sin problemas. Sirvió un poco en el vaso, lo levantó y lo bebió de un sorbo. El ardor descendió por su garganta, hacía mucho no recordaba esa sensación, y vivirla otra vez se sentía... bastante bien de hecho. 

Miró el vaso ya vacío, regresó su mirada a la puerta manteniéndola ahí, por unos segundos dudó pero cuando ya se había dado cuenta el seguro ya estaba colocado y su vaso estaba lleno otra vez. 

Sólo que esta vez el contenido sobrepasaba la mitad del vaso.

Comenzó a beber lento, sorbo a sorbo. Manteniendo la idea de que podía parar y que sabía cuando debía hacerlo. Sirvió de nuevo cuando el contenido ya se había terminado, el tercer vaso se había sentido demasiado corto, así que una vez más relleno el vaso con aquel líquido color ámbar. La sensación de ardor era cada vez más ligera y para cuando el cuarto vaso se terminó sus pensamientos eran más borrosos que cuando inició. 

Debía parar. 

Pero una última copa no podía hacer daño. Vertió el whisky una última vez, llenándolo hasta casi el borde. Elevó el brazo hacía el retrato de su padre que yacía en la pared y lo bebió de una vez: "En su nombre" pensó. Colocó el vaso en la mesita dónde lo había encontrado, comenzó a caminar sintiendo como tropezaba cada cierto tiempo y tras tambalearse más de una vez, cayó sobre el sofá, cerró los ojos y quedó profundamente dormido.

Apagando todo tipo de emoción, sentimiento, recuerdo y sensación.

(...)

-No es un baile difícil.- Dijo Toni subiendo al lado de Betty. -Lo difícil es perder el miedo.

Betty asintió, ambas caminaban hacía la oficina de arriba. 

-¿Crees que Jughead se moleste?

-No.- Negó con la cabeza. -Creo que lo vas a sorprender pero dudo que se enoje.

Habían empezado a acercarse al estudio dónde debía estar el pelinegro. Toni tomo el pomo y empujó pero la puerta no cedía, intentó poner más fuerza pero no abría, suspiró intentando no pensar en lo peor. Tomó las llaves de su bolsillo trasero, retiró el seguro de la puerta y abrió. Tras una mirada rápida del lugar cerró de regreso.

-Jughead está ocupado.- Dijo colocándose entre Betty y la puerta, de modo que la rubia no pudiera pasar.

-Dijo que me esperaría aquí.

-Mustang está hablando con el.- Suspiró. -Parece que es algo serio, ¿Bajamos?

Betty asintió un poco confundida. 

-¿Te parece si mientras esperamos te enseño el baile?- Los ojos de Betty se iluminaron, asintió con emoción y juntas caminaron a la cocina. -Fangs, Sweet vengan con nosotras.

El par asintió.

-¿Qué haremos?

-Le enseñaremos a la princesa el baile de las serpientes.

El par de chicos se miró sorprendidos, una leve risa escapó de ambos. 

-¿Entrarás?- Cuestionó Fangs.

-Sí.- Contestó Betty segura. -Lo haré.- Afirmó convenciéndose a ella y a el resto del grupo.

-De hecho Sweet, sube con Jughead.- Dijo mirándolo. -Puede que necesite de tu ayuda.- El rostro de la morena se convirtió en una mueca explicando con esto toda la situación. Un suspiro salió de los chicos y el alto por fin salió del lugar.

-¿Lista?- La miró con una ceja arriba.

-Siempre.- Respondió.

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