Para el Álbum Familiar

1.1K 140 77
                                    

Dazai había hablado con Mori acerca de su regreso a la Port Mafia. El hombre estaba de acuerdo con ello, incluso cuando Chūya y Dazai se habían alejado de la mafia, Mori les dijo que tendría las puertas abiertas del lugar para cuando quisieran regresar, y así fue, después de un año.

— El dinero y la fama es algo lindo, Mori-san, pero está alejando a Chūya y a mí de nuestros niños. Les estamos causando mucho daño y yo quiero ser un mejor padre para ellos, aún cuando sea un mafioso...

Explicaba con decepción, sintiéndose pésimo. Se consideraba un mal padre, el peor, y una pareja inadecuada para Chūya. Sus ideas de suicidio aumentaban, pero tampoco podía dejarlo todo por querer huir de la situación. Sólo, seguía viviendo y esforzándose para un mejor futuro con su familia.

— Lo entiendo. Dazai-kun, dile a Chūya-kun que a partir de mañana pueden regresar. Sólo, usen ese tipo de protección para evitar sus problemas del Arahabaki. Y no olviden traer a los niños, los entrenaremos conforme a su edad y se volverán fuertes cuando crezcan. ¿Estás de acuerdo?

Respondió gentil, desde su escritorio.

— Estoy agradecido.

Al día siguiente...

Ryūnosuke ya se encontraba mucho mejor de salud después de la casi hipotermia que le hicieron pasar esas mujeres. Dazai lo vestía con una pequeña gabardina de color negro y un sombrero al estilo de Chūya, del mismo color y listón blanco. Si algo caracterizaba a la Port Mafia era el color negro, mismo color que hacía funcionar de mejor manera en sus habilidades.

— ¡Bien! ¡Ryū-kun quedó muy guapo hoy!

Halagó Dazai, acomodando el sombrero al niño. El azabache se abalanzó a su padre para abrazarlo tiernamente, agradecido.

— ¡Papá, galletas!

Pronunció. Se separó del joven de vendas y fue por su lonchera.

— Las compraremos en el conbini camino al jardín de niños, Ryū. ¿Estás emocionado por ir al kinder?

Preguntó con ilusión. El niño negó con la cabeza, con seriedad, cruzando sus brazos. Para Chūya y Dazai era bastante tierno y adorable: un Ryūnosuke pequeño vestido de negro, serio y a la vez interesado en su lonche escolar.

— Como sea, Dazai. Esa ropa no es adecuada para que el mocoso de Ryū vaya al kinder. Es demasiado negro.

Chūya se quejó. Iba a quitarle la gabardina a Ryū pero éste se negó de inmediato, retrocediendo y jalando su gabardina hacia él, para que no se la quitaran.

— ¡Mamá Chūya no quitádmela!

Dijo molesto. Dazai rió, encontrándole gracioso a la situación. Chūya sólo gruñó un poco y se puso a la altura de Ryū. Odiaba rebajarse tanto, su orgullo se estaba yendo y todo por culpa de ese niño. Suspiró.

— ¡¡Ryūnosuke Dazai!! ¡¡No seas tan grosero conmigo, soy tu madre y debes de respetarme!!

Regañó. Ryū comenzó a derramar lágrimas y corrió hacia Dazai, resguardándose con él. Le tenía miedo a Chūya, pese a tener un año viviendo con él, no se acostumbraba.

— Venga, mi Ryū. Chūya está amargado. Ya se le pasará.

Consolaba, abrazando al niño y palmeando su espalda cuidadosamente.
Se levantó del suelo para dirigirse a la puerta principal.

FAMILIA IMPROVISADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora