Nuestra propia banda

3.3K 346 216
                                    

"Ayuda a las personas, protege a los huérfanos. Abandona la Port Mafia y sé un hombre de bien, Dazai"

Fueron las últimas palabras de su amigo Sakunosuke Oda antes de morir. No podía olvidarlas. Dazai sabía que Mori tenía que ver en la muerte de su amigo, y estaba bastante resentido con él. Ahora con la llegada de sus niños, era el momento perfecto para dejar la mafia e ir en busca de un futuro mejor de parte de los que protegen.

Chuuya estaba de acuerdo, aunque le costaba un poco dejar de ser un ejecutivo.

— ¿Me están diciendo que los dos se van a retirar de la Port Mafia, para siempre?—. Cuestionó Mori con seriedad, observando a ambos. — ¿La razón?

No sabían qué responder. Se miraban entre ellos, deseando que el otro inventara algo rápido.

— Chuuya está embarazado, y yo soy el responsable, entonces...

— ¡Dazai-kun! ¡Eso es imposible! Los hombres no pueden embarazar hombres. No hay manera en que dos hombres sean los padres biológicos de un mismo niño—. Corrigió el pelinegro, riendo con diversión de la respuesta tan absurda del vendado.

— ¿En serio?—. Fingió equivocarse. Chuuya lo fulminaba con la mirada, deseando que el vendado no desmintiera a Mori de alguna manera.

— Dazai y yo... Nos iremos a vivir lejos como pareja... No podremos seguir trabajando para usted—. Ahora fue Chuuya quien habló. Lo dicho por éste emocionó al de vendas, Chuuya había dicho "vivir lejos como pareja" y eso le dió una idea.

— Oh. No sabía que ustedes estaban saliendo. Enserio me van a hacer mucha falta... Pero recuerden que siempre tendrán la puerta abierta para cuando quieran regresar—. Ofreció. Había sido fácil después de todo. — Los dejaré ir con la única condición de que puedan venir a mi llamado en las misiones que sólo el Soukoku puede hacer. ¿Están de acuerdo?

Habían aceptado el acuerdo de Mori, después de todo los había dejado salir de la Port Mafia sin dificultad. Incluso les dió un sobre con dinero a cada uno, pago por haber derrotado a una nueva organización enemiga.

Era de noche. Luego de asegurarse de que los niños se quedaran dormidos, Dazai y Chuuya se fueron a la casa del pelirrojo, planeando lo que harían ahora que no estaban trabajando para la Port Mafia. Si bien Mori les había entregado una buena cantidad de dinero para sobrevivir unos días, ese dinero tarde o temprano terminaría y ellos debían buscar un nuevo trabajo.

— Mi gran amigo Odasaku me aconsejó antes de morir que me fuera por el buen camino. Que ayude a las personas y proteja a los huérfanos...—. Suspiró, recordando a aquel hombre, su único amigo, al que tanto llegó a apreciar. Su gesto se volvía triste, y eso preocupaba y ponía celoso al de sombrero.
— ¿De qué manera puedo hacer felices a las personas, Chuuya?

Dazai estaba recostado en la cama de Chuuya, recordando tristemente a Odasaku. ¿Será que también tenía sentimientos por Odasaku? Se preguntaba Chuuya, aún cuando nunca conoció a ese integrante de la Port Mafia de bajo rango.
El vendado escribía en un grueso cuaderno una nueva canción. Escribir canciones y componerlas era su pasatiempo en momentos libres de la Port Mafia, y tenía suficientes canciones con letras que podría vender a buen precio, pero no lo había pensado de ese modo.

— ¿Quién era ese Odasaku? ¿Tu novio?—. Preguntó celoso, recostándose al otro lado de la cama, volteando hacia Dazai.

— No. Odasaku sólo fue un amigo para mí. Mi único amigo...—. Respondió con nostalgia. Chuuya gruñó levemente, arrebató el cuaderno a su compañero, y se levantó de la cama.

— ¡¿Qué rayos haces, Dazai?!—. Hojeaba el cuaderno, leyendo esas inspiradoras letras que hablaban de muchas cosas: violencia, amor, traición, mafia, amistad, amor prohibido, racismo, depresión, soledad y más, que al tener conocimiento de la forma en que se cantaba, podrían llegar a tocar profundamente el corazón de cualquiera. — ¿Q-Qué es todo esto?

FAMILIA IMPROVISADAWhere stories live. Discover now