Avance: Malo Abuelito

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Dazai estaba desesperado. Sabía quién era el responsable de la desaparición de Chūya y Ryūnosuke, y estaba dispuesto a hacer lo posible por recuperarlos, aunque estuviera amenazado a muerte.

Alistó las maletas suyas y las de Atsushi, para disponerse a esa búsqueda.

Justo antes de salir de casa, cuando ya tenía todas las cosas en mano...

— Papi...

La vocesita de Atsushi y su mano jalando de su gabardina (la de Dazai) lo hicieron voltear y dejar las maletas en el suelo.

— ¿Qué sucede, peque?

— Pipí...

Dijo en respuesta, con un gesto de incomodidad. Dazai suspiró con cansancio y llevó a Atsushi hasta la cama. Bajó su pantalón, y retiró ese pañal sucio que traía. Lo limpió con cuidados especiales, para luego ponerle un nuevo pañal y subir su pantalón.

Atsushi ni siquiera imaginaba la terrible situación. Le parecía extraño no ver a Chūya ni a Ryū, pero creía que los vería en otro lado, quizás. Aún mantenía la calma.

— Bien. Es hora de irnos.

Lo levantó en brazos y lo cubrió con una mantita de tigre que pertenecía al niño.

Tomó con esfuerzo las pocas maletas que llevaba con su mano libre, y cerró la puerta tras de sí.

Desafortunadamente no tenía un coche ni con qué irse, si lo tuviera, sería en vano, no sabe conducir.

Caminaba por las calles de Yokohama con maletas de ruedas en un mano y con su otro brazo, cargando a un niño pequeño, para avanzar con mayor rapidez.

— Papi... ¿Y mami y Dyū-nii?

Preguntó curioso. Miraba sobre el hombro de Dazai, hacia atrás el camino. Apenas sacaba su cabeza, la cual estaba cubierta por la mantita. Pero no soltaba a su tigre de peluche.

— Pronto los volveremos a ver, Atsushi-kun. Iremos con los abuelos ahora.

— ¿Abelos? Abelita quitame a Byakko.

Contestó temeroso.  Apretaba sus puños, sosteniéndose de la camiseta de Dazai.

— ¿Enserio? ¿Por qué?

— Bebé. Byakko esh malo pada bebé Kaama. Abelita shube Byakko muy aato.

Explicó entre malas pronunciaciones. Dazai podía comprender sus palabras. Aprendió a entenderlas gracias a Ryū cuando era más pequeño.

— Eso no es verdad, amor. Byakko no es malo, ni tú tampoco. No te acerques mucho al bebé porque la abuela se molesta. ¿Estamos?

— Shi, papá... Entonches... ¿Byakko bueno?

— Claro que sí.

En un lugar alejado...

Ryūnosuke estaba muy asustado con todo lo que estaba pasando. Un hombre desconocido que tenía cierto parecido con su padre, había golpeado a Chūya mientras estaba desmayado.

— Mamá... Despierta.

Tocaba una de las mejillas del pelirrojo, queriendo despertarlo, pero no lo conseguía. Chūya no reaccionaba y eso causó llantos lastimeros en el niño.


Es la mitad del capítulo, quizás mañana escriba y publique la otra mitad, o el cap completo.

Ustedes deciden!!

FAMILIA IMPROVISADAWhere stories live. Discover now