Nuevo Bebé

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Los meses transcurrieron...
Quizás resulta algo nostálgico, pero el tiempo no se detiene.
Dazai y Chūya conocieron a Ryūnosuke cuando apenas tenía dos años y medio, y a Atsushi cuando tenía seis meses de nacido.

Ahora, Ryū tenía cuatro años con tres meses, y amaba ir al kinder. Podía pronunciar bien las palabras, y comprendía mejor las cosas. Seguía siendo serio e inexpresivo, pero sólo con quiénes él consideraba.
Su gusto por el canto de regreso a casa y estando en ella, era el mismo. Su voz entonaba mejor, y se estaba convirtiendo en buen cantante.
Desde aquella vez, no había tenido recaídas por su enfermedad pulmonar. Era un niño sano y feliz.

Por su parte, Atsushi ya tenía dos años con tres meses. Sus palabras se entendían mejor, y estaba aprendiendo a hacer las cosas por sí solo, como comer, ir al baño y vestirse.

La relación de Chūya y Dazai seguía siendo la misma. Discusiones de niños inmaduros por cosas absurdas, sin llegar a peleas; tímidos cuando están a solas sin los niños; y siempre teniendo un gran amor al otro y a su familia, sobre todo, demostrándolo a su manera.

Comenzaban a planear su boda, pues en unos meses, llegarían sus cumpleaños y serían los 20, la edad permitida para casarse, y la mayoría de edad al menos en esta historia. No tenían dudas de que querían seguir juntos toda la vida. Ahora más que nunca, estaban convencidos de que su amor sería para toda la eternidad.

En cuanto a Ranpo y Poe...
Ellos iban lento, pero su relación era tierna y adorable, aunque el Detective era algo tsundere y Poe muy empalagoso.

Fukuzawa y Mori ya estaban casados, y de eso, la Port Mafia y la Agencia de Detectives Armados estaban muy enterados y fueron partícipes de la ceremonia.

Todo parecía ir bien con todos. Siempre y cuando, Fyodor no regrese a "reclamar sus derechos".

Kouyou estaba sentada en su cama, reposando después del parto de hace dos días. Tenía visitas de la mafia, quienes le llevaban obsequios al recién nacido.

Era un hermoso bebé pelirrojo muy parecido a Chūya. Sus ojos eran azules, pero un tono más opaco y lindo.

Odasaku estaba feliz. Se sentía muy diferente de ser un padre que ser madre. Al menos, ese bebé sí fue deseado, pero Osamu...

El joven castaño se mantenía al lado de Chūya, muy juntos, tomados de la mano discretamente, mirando la escena. Dazai derramaba algunas lágrimas de felicidad, y a su vez, malos pensamientos de que fue abandonado a sus cuatro años.

"Mamá se convirtió en papá... Y por su propia voluntad. Me gustaría haber sido un anhelo para mis padres... Demon sólo quiere verme destruído, y Odasaku... Sé que sólo me acepta porque soy su hijo pero él no puede sentir ese amor hacia mí como el que siente por ese bebé. Es mi culpa por haber nacido de una violación".

Soltó la mano de su futuro esposo, y salió de la habitación, posteriormente de la casa, llegando al patio trasero.

Tomó asiento en una banca solitaria entre los árboles, a pensar. Quizás estaba siendo demasiado débil por cosas del pasado que ya deberían quedar en el olvido pero... Simplemente no podía. Estaba llorando en silencio.

Chūya lo siguió y se sentó a su lado, palmeando y acariciando su espalda con ternura, para animarlo.

— Cariño... ¿Te pone triste que el bebé sea hermano de los dos? No porque así sea, o porque nuestros padres se hayan casado, significa que debemos ser hermanastros... Lo nuestro quedará igual. Vamos a casarnos...

FAMILIA IMPROVISADAOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz