Juntos

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Chūya había convencido a Dazai de entrar de nuevo a la casa del nuevo matrimonio. Quería estar durante la tarde con su madre después de todo por lo que pasó.

Kouyou había atendido sus heridas, y lo cuidaba como si de un niño pequeño se tratara.

Dazai jugaba con Ryū y Atsushi con unos cochecitos de juguete y bloques de construir, sobre un tatami en la sala de la casa. Oda se encontraba sentado en uno de los sofá, mirando a los tres menores divirtiéndose.

— ¡Atsushi-kun! ¡La ambulancia, hay un herido en esta calle!

Avisó el mayor, incluso más emocionado en el juego que los más pequeños.

Atsushi tomó el cochecito "Taxi" y lo llevó hacia el lugar indicado por Dazai, quien chasqueó la lengua en desacuerdo.

— No. Ese es un taxi. La ambulancia, Atsushi-kun. Ese cochecito blanco de allá.

Señaló con su dedo. Atsushi estaba confundido, podía jurar que el taxi era lo mismo que la ambulancia.

Cambió de coche, y acercó la ambulancia al mismo lugar de antes, acertando.

— Bien. Ryū, necesitamos un hospital. Construye uno por favor.

Ordenó serio, acercando los bloques de ensamblar, al niño.

Rápidamente, Ryūnosuke había armado un "hospital" con sus bloques de plástico. Lo siguió justo frente a la ambulancia...

— A-Sushi, la ambulancia. Aquí.

Dijo a su hermanito.

El albino llevó el coche blanco hacia el interior del hospital, y se levantó del suelo, apoyándose de Dazai para no tropezar la levantarse.

— Atsushi, ¿A dónde vas?

Cuestionó el castaño al notar las intenciones del bebé de ojos bicolor. Atsushi bostezó.

— Id con mami.

Respondió soñoliento, tallando sus ojitos con sus puños. Se alejó en dirección a la habitación de Kouyou donde su padre pelirrojo se encontraba. Abrazaba con fuerza a su tigre Byakko, pues temía que la mujer se lo quitara en cualquier momento.

No tardó mucho en dar con su ubicación pero no lo miraba por su baja estatura. Chūya estaba herido. Descansaba en la cama de su madre mientras era atendido con mucho amor por ella.

— ¡Abelita! ¿Mami aquí eshtá?

Preguntó esforzándose por mantener sus ojos abiertos. Kouyou podía haberle dicho que no si Chūya estuviera dormido, pero era todo lo contrario.

— Estoy aquí, Atsushi. ¿Quieres dormir conmigo, bebé?

Respondió cariñoso, aunque sabía por Dazai que a su madre le incomodaban sus pequeños retoños por razones desconocidas.

Usando su habilidad, atrajo al pequeño Atsushi hacia él, subiéndolo a la cama. El niño se acurrucó muy cerca suyo, y buscaba su alimento único que sólo podía conseguir con Chūya. Kouyou no perdía detalle, esperaba a ver si Chūya lo hacía o no, después de sus consejos.

— E-Estás hambriento... ¿Te parece si nos esperamos a llegar a casa? La abuelita se enojará conmigo si nos ve...

Murmuró el ex mafioso al niño, quien llenó sus ojitos de lágrimas y se decepcionó por la negación tan inesperada de parte de Chūya.

— Yo quiello... Mami... Abelita esh mu mala. Tam-bien quitame a Byakko otto día. Va-mo-nosh... Cashita...

Sollozaba. Tallaba sus ojos nuevamente con sus puños, y recargaba su cabeza y frente en el pecho plano del mayor.

No había nada en el mundo que podía hacer sufrir a Chūya que el sufrimiento de Atsushi o Ryūnosuke.

Se atrevió a acceder a la petición del niño, esperando un regaño de parte de la pelirroja.
Atsushi pronto se quedaba dormido y con su pancita llena, olvidando la decepción de antes.

— Chūya.

Llamó Kouyou con seriedad.

— ¿Si?

Respondió un poco nervioso.

— Te dije que no debes dar leche materna a Atsushi-kun. Lo estás mal acostumbrando. Además, ya tiene dos años...

— Es mi bebé, mamá. También alimenté a Ryū del mismo modo hasta los dos años y medio. Para los dotados de habilidad es una buena edad y les trae muchos beneficios. Creo que yo soy muy bajo de estatura porque nunca me alimentaste de ese modo, ¿Verdad?

Dazai se había quedado dormido. Sobre él, pancita abajo, Ryū. Aunque ya tenía cuatro años, seguían acostumbrando a dormir del mismo modo. Era liviano y no cortaba la respiración del joven del vendaje.

Hacía frío.

Oda se levantó del sofá y fue en busca de un cobertor y una almohada al ver que su nieto azabache estaba temblando, e intentaba acurrucarse y darse calor en Osamu.

El adulto los cubrió con el cobertor, y cuidadosamente, puso la almohada debajo de la cabeza de Dazai, quien se acomodó y sintió un alivio al dormir.

— Son muy lindos. Les tomaré una fotografía.

Murmuró.

Sacó su teléfono celular y capturó una hermosa escena.

— Mi hijo y mi nieto durmiendo son lo más hermoso que pude ver hoy.

En ese momento, Karma, quien estaba la cuidado de Oda en la sala, comenzó a llorar luego de despertar recientemente.

— Oh, y Karma también.

Se aproximó al bebé y lo levantó en brazos, besando con cariño su frente.

Mientras tanto, Ryūnosuke rodó hacia un lado y cayó del lado derecho de Dazai, despertándolo un poco.

— Papi... Te quiero...

Musitó soñoliento, sin abrir los ojos. Se acurrucó en el pecho del joven adulto, debajo del cobertor. Dazai sintió ese pequeño cuerpo y no dudó en abrazarlo. Sonrió con ternura.

— Yo los amo a los tres, Ryū...










Fue corto pero me tengo que dormir UwU

En un Live, este fic será de los primeros de los que hablaré!

Es mi favorito, junto con Ryū, el Hijo de Dazai

Baby Ryū y Baby Atsushi son mi nueva religión!! Los Amo!!

FAMILIA IMPROVISADAWhere stories live. Discover now