₍₁₁₎ attention

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V I E R N E S
03 . 04 . 15


Recién se alejaron media hora después.

Sus labios estaban rojos e hinchados, sus pulmones ardían tanto que dolía, pero, aun así, nada se comparaba con el fuego de sus miradas, con esa chispa, con esa llama que no sabían contener, porque ni siquiera eran capaces de apartar la vista.

Incluso si Taehyung mordió su labio y Jungkook lo imitó, sus ojos seguían ahí, fijos, esperando cualquier excusa para continuar.

—Mierda. —Kim suspiró, intentando controlarse.

Sus manos seguían en la cintura del menor, reteniéndolo, y su cuerpo... Dios, ni siquiera parecía su cuerpo. No podía moverse, hace mucho había dejado de pensar y las cosas solo empeoraron cuando Jeon volvió a besarlo, suave, delicado, casi como... como si estuviera despidiéndose.

—Ahora sí tengo que irme —murmuró sobre su boca, lento, rozando sus labios con una sonrisa—. Gracias por... esto.

Taehyung no reaccionó, aun si el chico intentó alejarse. Su agarre se hizo más fuerte, en cambio, sin que lo notara, y la mirada de Jungkook...

«Mierda», al quinto beso se alejaron.

—En serio tengo que irme, Tae. —El pelinegro se rio, acariciando su mejilla.

—Está bien, sí —dijo, su tono suave y calmado—. Solo... una cosa más.

Jungkook apenas se había parado cuando Taehyung sostuvo su muñeca, intentando detenerlo.

En menos de un segundo estuvo a su lado, también de pie, y casi al instante se quitó el hoodie que traía puesto.

Fue un gesto simple pero significativo, el modo en que le estrechó la prenda con una sonrisa.

—No quiero que te enfermes. —Parecía una excusa, lo sabía, pero igual lo aceptó, el chico lo aceptó porque tal vez necesitaba ese calor que solo su maestro le ofrecía.

—Gracias. —Le sonrió de regreso, intentando ocultar el modo en que su estómago cosquilleaba y le rogaba que abrazara al mayor.

—Avísame cuando llegues, ¿sí?

—Sí. —Asintió, mirándolo fijamente.

Ambos sabían lo que venía, pero ninguno lo detuvo, ninguno fue capaz de impedir que Jungkook lo besara, dulce, cálido, suave, tan inocente que incluso disfrutaron el chasquido final, perdiéndose en la mirada ajena como si algo hubiese cambiado entre ambos.

—Nos vemos. —El menor habló, todavía con una sonrisa, caminando directo hacia la puerta.

Cuando al fin estuvo solo, el silencio fue más notorio que nunca. La tele aún sonaba de fondo, despacio, pero algo faltaba.

Su moral, tal vez. Esa odiosa vocecita que llegó dos o tres minutos más tarde, repitiéndole todo lo que ya sabía.


J U E V E S
09 . 04 . 15


Taehyung suspiró y se dejó caer en la silla.

Normalmente se pasaba todo el día esperando ese momento, esa hora libre en la que podía comer y compartir con Yoongi, reírse un poco, despejarse, olvidar todas sus responsabilidades y ser él mismo —o algo parecido, al menos—, pero esa tarde... esa tarde llegó como si nada, haciéndolo sentir tan... agobiado.

Casi todos los profesores estaban ahí, sentados a su alrededor, ignorándolo, hablando de las mismas cosas de siempre, del futuro, de su afán por enseñar, por instruir, por guiar a los jóvenes, por formar a la próxima generación de empresarios —o a los próximos títeres del sistema, como Jungkook habría dicho—.

Romper y corromper﹔⁽ᵏᵗʰ ⁺ ʲʲᵏ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora