₍₀₆₎ let's talk

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V I E R N E S
13 . 03 . 15


No se reconocía, ya no más.

Él no buscaba a las personas, jamás, ni tampoco les pedía perdón. Hace años que no daba explicaciones y ni siquiera le importaba lo que pensara el resto, pero ahí estaba de nuevo, en casa de Taehyung, mirando su puerta como si no fuera capaz de tocarla.

Era tan... complicado, y ni siquiera entendía por qué.

—No quiero seguir discutiendo, Jungkook. No quiero odiarte más.

«Yo tampoco».

No quería desquitarse con Taehyung, pero era tan sencillo empezar una pelea. Hacerlo enojar era mucho más simple que aceptar sus propios errores, su confusión, su enojo; era tan fácil culpar al mayor de todos sus problemas, en especial si se trataba de él.

Después de todo, Kim era un problema en sí mismo. Era demasiado... bueno para él, demasiado considerado, demasiado preocupado. Era tan... entrometido que a veces solo quería alejarlo, pero luego solo quería hacerlo parte su vida.

Suspiró, sacudiendo la cabeza.

Si no arreglaba eso, lo perdería, y él no quería perder a Taehyung.

«Mierda», ¿por qué de pronto pensaba en eso?

Su mano tembló en el aire, a punto de arrepentirse, pero igual tocó la puerta.

Estaba arriesgando demasiado, lo sabía, en serio lo sabía, pero ni siquiera le importaba. De pronto le daba igual si su maestro lo veía así, tan débil, tan expuesto, tan... a la deriva, ignorando los límites que él mismo había creado.

Porque solo bastó que lo tuviera en frente para que sus labios se movieran por sí solos, esbozando una sonrisa.

—¿Aún estoy a tiempo de disculparme? —dijo, su voz un poco más nerviosa de la cuenta—. Fui inmaduro, lo sé, pero odio que sientan lástima por mí.

—¿Y quién dijo que siento lástima por ti? —preguntó de regreso, haciendo que el menor se quedara inmóvil en su lugar.

Esa frase había sido suficiente para que Jungkook olvidara todo su discurso, aun si llevaba días pensando en cada una de las palabras que diría.

—Yo... no te tengo lástima —continuó, abriendo toda la puerta—. Si fuera así, solo te vería como un pobre niñito abandonado, pero eso sería todo. Me lamentaría un poco, quizás hablaría de ti con algún amigo y mi vida seguiría como si nada, porque ni siquiera me esforzaría en ayudarte. Pero me importas, y me preocupas, y en serio quiero que te sientas mejor.

—¡Pero yo no quiero que me ayudes! —escupió, sin saber por qué, alzando ligeramente la voz—. Solo quiero besos, abrazos, caricias... ¡y no tus malditos consejos!

—¡Pues solo te daré eso, así que tómalo o vete a la mierda!

Jungkook retrocedió, sintiéndose pequeño. Sus ojos se inundaron y su labio tembló, impidiéndole hablar, y solo entonces se dio cuenta.

Estaba demasiado roto para acercarse a Taehyung.

—Mierda, Jungkook. —Sin embargo, eso no impidió que su profesor se acercara a él, buscando la mirada que ya no lo veía, porque todo estaba nublado y tan, pero tan borroso—. Lo siento tanto.

Entonces Kim suspiró y lo envolvió, acercándolo a su cuerpo.

Su mente le decía que no lo correspondiera, que se alejara, que evitara su abrazo; pero entonces estaba aferrándose a él, a su espalda, a su hombro, sintiéndose tan indefenso que ni siquiera pudo detenerse, los sollozos retumbando por todo el pasillo.

Romper y corromper﹔⁽ᵏᵗʰ ⁺ ʲʲᵏ⁾Where stories live. Discover now