Romper y corromper﹔⁽ᵏᵗʰ ⁺ ʲʲᵏ⁾

( epilogue )

MIÉRCOLES
30 . 12 . 15

Los pasillos estaban repletos, la salida apenas se veía a la distancia y más de un profesor lo saludó, intentando entablar una pequeña conversación sobre qué había hecho de su vida. Por suerte pudo sonreírles y mentir, respondiendo como si fuera un verdadero Jeon.

No se suponía que pensara eso cuando estaban por celebrar que Jungkook al fin se había graduado, pero fue imposible que apartara la idea durante toda la ceremonia.

Cuando su hermano fue nombrado el mejor estudiante de su generación, él solo pudo recordar todo lo que estuvo reprimiendo por años.

—¿Todo bien?

La voz que debió ser femenina no lo fue, nunca lo era. Incluso si Jieun había sido la que sostuvo su mano en todo momento, su boca ni siquiera se había movido cuando al fin salieron del colegio.

Era Younghyun, por supuesto que era Younghyun. Su mejor amigo lo estaba mirando con preocupación mientras se acercaba a él, presionando su hombro por un instante.

—Todo bien. —Movió la cabeza y sonrió, observando a todas las personas que de pronto lo rodeaban.

Quería estar solo, eso fue lo que pensó cuando Kang le sugirió que celebraran en su casa, pero ni siquiera lo demostró. Su amigo tenía razón cuando le dijo que eso haría feliz a Jungkook y por supuesto que no pudo negarse.

Así que ahí estaban ellos, fingiendo que eran amigos de toda la vida cuando solo había compartido una vez con el castaño y apenas conocía a... ¿Yoongi? ¿Ese era su nombre?

«Como si no lo supieras» pensó el tono más sarcástico de su cabeza, haciendo que mirara al rubio por un instante.

Pequeño e inofensivo, eso fue todo lo que pudo pensar antes de que Jieun jalara ligeramente su mano.

—Disfruta mucho tu tarde —dijo, besando su mejilla casi al mismo tiempo—. Qué la pasen bien, chicos —agregó después, agitando su mano hacia la multitud.

Solo eran tres personas, en realidad, y todas respondieron su gesto con tanta cordialidad como esperaba, deseándole un viaje seguro y otras cosas que Sungjin no alcanzó a escuchar.

Jungkook era lo único en su mente, ese muchachito alegre y espontáneo que poco tenía que ver con el adolescente deprimido que recordaba. Su hermanito no era la clase de persona que daba saltitos hacia un grupo de personas, pero ahí estaba, acercándose a ellos como si fueran el centro de su universo.

—Jungkook se irá conmigo. —Fue todo lo que dijo, apuntando el par de automóviles que estaban a solo unos metros de ellos.

Sus padres no podían sospechar nada, lo sabían, así que todos asintieron y organizaron la huida, distribuyéndose en los vehículos como si fuera una competencia de quién viajaba con quién.

«¿Desde cuándo eres tan amargado?» se dijo a sí mismo, intentando incluirse en la conversación que ya casi estaba terminando.

El viaje fue más o menos igual. Jungkook no habló demasiado, más que nada ansioso por llegar, aunque apenas se había subido al asiento de copiloto cuando dijo:

—Sangguk quiere que me vayas a dejar antes de medianoche y mamá te manda saludos. Dice que la pasemos bien y todo eso.

—¿Les dijiste quiénes irán?

—No soy tan estúpido, hyung. —Rodó los ojos y se acomodó, poniéndose el cinturón de seguridad—. Solo les dije que harías una pequeña celebración con Younghyun y otros amigos tuyos.