₍₁₈₎ the start

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M A R T E S
19 .
05 . 15


Jungkook estaba ignorándolo. No solo había caminado más rápido cada vez que se toparon en los pasillos, sino que también entró a su salón de mala gana, avanzando directamente hacia el fondo, ¿y quién podría culparlo?

Si fuera posible —físicamente posible—, Taehyung también habría huido de sí mismo, pero su cuerpo estaba pegado a su cabeza y no podía escapar de su mente. Así que ahí estaba él, fingiendo que le prestaba atención a los estudiantes que lo llamaban en vez de asumir que su mente estaba en otro lugar.

Era simplemente ridículo.

La clase pasó lento, demasiado lento. Las manecillas del reloj apenas se movían y sus alumnos con suerte avanzaban, hablando entre ellos a escondidas —casi en susurros— como si pensaran que era un idiota.

Tal vez lo era, ¿no? Tal vez era el idiota más grande del universo por quedarse mirando a Jungkook por minutos enteros, despegándose solo cuando alguna risa ajena lo traía de vuelta a la realidad.

No podía actuar así, no podía ser tan obvio cuando había docenas de personas a su alrededor, docenas de personas que podrían descubrir sus pensamientos, que podrían descubrir sus intenciones.

Tenía que disculparse, eso fue lo que decidió cuando sonó el timbre y todos se pusieron de pie, guardando sus cosas de mala gana. Jungkook no fue la excepción, tirando los lápices a su mochila como si solo quisiera huir, huir de él.

—Señor Jeon, ¿podemos hablar? —No estaba seguro de si lo había pensado o si lo había dicho, pero debió ser la segunda ya que más de un alumno se giró hacia atrás, mirando de reojo al mencionado.

Cuando el pelinegro al fin alzó la vista, Taehyung quiso pedirle que se detuviera, que no lo viera así, que no actuara como si no le importara, como si no lo quisiera; pero eso sería injusto.

Jungkook tenía derecho a odiarlo.

—Que sea rápido. —Tal vez por eso contestó de mala gana, su tono frío y distante mientras caminaba en su dirección.

Más de algún estudiante se quedó mirándolos, atentos a cualquier detalle que luego pudieran contarles a los demás.

—¿Se les perdió algo? —Pero el chico ni siquiera dudó en espantarlos, posando sus ojos en cada uno de ellos—. Tal vez escuché mal, pero creo que solo dijo "Señor Jeon" —recalcó, logrando que más de alguno negara con la cabeza.

Fue increíble la forma en la que simplemente dejaron el salón, haciendo un par de reverencias apresuradas antes de salir.

—¿Qué necesita? —El tono del pelinegro aún era distante cuando habló, manteniendo la formalidad.

Taehyung miró la puerta que seguía abierta y suspiró, girándose nuevamente hacia Jungkook.

—Quiero pedirte perdón —dijo, su voz apenas audible.

—¿Algo más o ya puedo irme? —escupió de mala gana, retrocediendo un par de metros.

—Hay algo más. —Lo detuvo, asintiendo rápidamente.

Jungkook solo se quedó ahí, viéndolo, aunque en realidad no parecía dispuesto a escucharlo. Tal vez por eso guardó silencio, mordiendo su labio como si él mismo estuviera evitando que las palabras dejaran su boca.

—¿Y bien? —El pelinegro insistió, alzando una ceja.

—¿Podemos vernos a la salida? —susurró, cuidando que nadie más lo escuchara—. Si quieres te llevo al hagwon, solo... necesitamos hablar.

Romper y corromper﹔⁽ᵏᵗʰ ⁺ ʲʲᵏ⁾Where stories live. Discover now