₍₀₃₎ first love

3.8K 306 302
                                    

—¡Déjenlo en paz!

Un grito interrumpió al resto de las voces, logrando que cada insulto y carcajada se detuviera.

Taehyung no levantó la mirada, no de inmediato. No quería que los niños supieran que estaba llorando.

—Si no lo dejan tranquilo, voy a pegarles. —Fue la amenaza del otro chico, apenas con nueve años, y lo siguiente que supo fue que nadie más se burló. Nunca.

Cuando el castaño por fin alzó la vista, sus ojos estaban ahí, pequeños y preocupados. Su compañero lo veía como si fuera la persona más frágil del universo, aunque no parecía juzgarlo por eso.

En vez de tener la fría mirada de siempre, solo había calidez.

—¿Estás bien? —El pequeño preguntó, acercándose lentamente.

—¿P-por qué? ¿Por qué me defiendes?

—Porque somos amigos —respondió, sonriéndole con todo y encías.


• • •


La campana había sonado hace varios minutos, pero Taehyung seguía en su silla, mirando las nubes pasar.

Su mano izquierda sostenía su cabeza y la derecha daba golpecitos en su escritorio, creando melodías que ni siquiera tenían sentido.

Así había sido todo el día. Con suerte pudo recordar sus líneas, las mismas que llevaba días practicando, y ni hablar de todo el tiempo que perdió suspirando y pensando en algo más.

Daba lástima, todo en él. Desde sus clases sin sentido hasta el modo en que seguía lamentándose por haberle dado tanto poder a Jeon.

—Te ves tan patético.

Sin embargo, sonrió. Bastó una frase burlona para que olvidara sus problemas y simplemente sonriera, girando su cara hacia el rubio¹ que apenas entraba al salón.

—Sabes que soy patético, Yoongi-ssi².

Lo era, claro que lo era. O quizá solo era demasiado ingenuo, quizá había puesto tanto esfuerzo en su primera semana de trabajo que sus expectativas... fue tan simple romper sus expectativas.

Yah³. No digas eso, Taehyung. —Su amigo negó con la cabeza y se acercó, sonando ligeramente preocupado—. Sé que los primeros días son una mierda, pero te juro que pronto será mejor.

Ni siquiera tuvo que explicar qué le molestaba para que Yoongi tratara de consolarlo, sonriéndole, repitiéndole que todo estaría bien con ese tono que siempre lo había calmado.

—Solo lo dices para que no renuncie.

—¿Puede ser? —Alargó las palabras con cierta diversión, abriendo sus brazos en el aire—. ¿Crees que un abrazo te haga sentir mejor?

Asintió, dejándose envolver por los brazos ajenos.

Eso era todo lo que necesitaba. Esconderse en el pecho de su amigo, sosteniéndolo como si pudiera desaparecer en cualquier instante.

Inhaló con fuerza, intentando retener su fragancia, y luego suspiró, sintiéndose genuinamente tranquilo. Era como si de pronto volviera a tener ocho años.

Así eran ellos. Cuando estaba con Yoongi, siempre volvía a ser el niñito dependiente que se había enamorado de su mejor amigo.

—Creo que nunca te había extrañado tanto como hoy —murmuró, o tal vez usó el tono de siempre y su voz se perdió en el suéter ajeno.

Romper y corromper﹔⁽ᵏᵗʰ ⁺ ʲʲᵏ⁾Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt