₍₁₂₎ addiction

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S Á B A D O
11 . 04 . 15


Respiró con calma, lento, intentando contenerse.

Suspiró de golpe, fuerte, perdiendo el control.

Había ocultado sus emociones por tanto tiempo que el llanto fue inevitable, sus lágrimas cayendo deprisa, ansiosas, desesperadas, mientras que su garganta se desgarraba con cada gemido que se guardó.

No quería despertar a los demás, no quería que nadie lo descubriera, no quería que su mamá lo encontrara ahí, en el sofá, llorando porque su odio crecía y no sabía cómo detenerlo.

Era tan... frustrante.

Luego de que la cena del viernes fuera un éxito y cayera en los mismos patrones de su niñez —algo así como ilusionarse demasiado y crear escenarios irreales—, el sábado simplemente lo destrozó, tal vez porque Yoongi no estuvo con ellos.

No lo culpaba, de todos modos. Él también podía visitar a su familia, ese era el motivo por el que habían viajado, pero cuando llegó el almuerzo... Mierda, él solo quería que su amigo lo abrazara y le dijera que todo estaba bien.

Sí, estaba bien que su mamá no se atreviera a verlo y que su papá lo ignorara, fingiendo que corregir a sus hijos era más importante que hablar con él. Y sí, estaba bien que sus hermanos lo bombardearan con preguntas porque ni siquiera lo conocían, ni siquiera sabían cuánto odiaba los interrogatorios sobre su vida amorosa.

¿Cómo se suponía que les contara el enredo que había en su cabeza? ¿Cómo podía explicarle a un par de niños —y a un par de desconocidos— que su alumno lo besaba cuando nadie estaba viéndolos?

—¿Sabes que no necesito besarte para sentirme bien? —El recuerdo vino de la nada, haciéndolo temblar—. El simple hecho de... tocarte es suficiente para que sea la persona más feliz que he sido.

Fue inevitable que imaginara sus manos entrelazadas, acariciándose con timidez.

De pronto estaba de vuelta en su automóvil.

—¿Por qué siento que cada vez suenas más enamorado?

—Porque lo estoy.

Sonrió, sin saber por qué.

Sus lágrimas seguían cayendo, pero algo había cambiado.

—Me enamoré de mi profesor, aun si pude evitarlo.

—No digas eso, Kook. No p-puedes... no puedes enamorarte de mí.

—Que no quieras escucharlo no significa que no sea verdad.

«Mierda», lo extrañaba tanto. Y sí, admitirlo sonaba incluso peor que sentirlo, pero él en serio extrañaba a Jungkook.

Sus bromas pesadas, su risa escandalosa, esa mirada que lo sobre analizaba y esos labios... esos labios que apenas se despidieron de él, dejando un beso en su mejilla.

—Para que me recuerdes. —Fue todo lo que dijo, bajándose del auto.

¿Cómo podría olvidarse de Jungkook? ¿Cómo podría ignorar su existencia cuando era la cosa más... turbulenta que le había pasado? ¿Cómo se suponía que fingiera que no recordaba a su alumno cuando lo pensaba todo el tiempo?

Incluso cuando sufría por su familia, él siempre estaba en su cabeza.

Tal vez... tal vez Jungkook no era el único que añoraba el calor de otro cuerpo, tal vez... tal vez solo quería que alguien lo mirara con esos... con esos ojos que solo brillaban cuando se trataba de él.

Romper y corromper﹔⁽ᵏᵗʰ ⁺ ʲʲᵏ⁾Where stories live. Discover now