₍₂₀₎ the break

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M A R T E S
30 . 06 . 15


El último día de junio llegó tan rápido que parecía mentira. Después de cuatro meses de cansancio y frustración, de pronto estaba a solo pasos de las vacaciones más esperadas de su vida.

Por eso revisaba cada cuadro con una sonrisa enorme en el rostro, señalando los aspectos positivos con tanto cariño que los estudiantes ni siquiera cambiaban su expresión cuando empezaba con las críticas. Después de todo, cada aspecto a mejorar siempre iba acompañado de consejos puntuales y palabras de aliento.

—Sigue así —decía al final, devolviendo la pintura a su dueño con una calificación casi perfecta.

Era... increíble, demasiado increíble. Jamás habría pensado que sus alumnos lo respetarían tanto como lo respetaba, no después del comienzo tan lamentable que había tenido.

A veces sentía que todavía era el profesor nervioso e incómodo que los había saludado el primer día, recitando un montón de cosas que ya ni siquiera recordaba. En ese momento pensaba que era lo mejor, pararse en frente de todos con un discurso aprendido, pero bastó un comentario negativo para que entendiera que estaba lejos de tener la razón.

Jungkook no solo había criticado su forma de enseñar, sino que también había destruido cada aspecto de su vida, de su perspectiva, convirtiéndola en una cosa tan realista que rallaba en lo depresivo.

Sin embargo, no se sentía triste. Incluso si ahora veía detalles que antes solo imaginaba, su ánimo no había empeorado. Por el contrario, ya no era esa cosa insegura y complaciente que había sido toda su vida.

Bueno, en realidad todavía tenía problemas para ignorar los comentarios ajenos, las críticas, pero al menos podía aceptar que sus ojos brillaban un poco más cuando veía a Jungkook. Por eso prefirió no mirarlo en toda la clase.

Sonrió, agradeciendo que el pelinegro siguiera sentado en su pupitre, y revisó el penúltimo cuadro de la mañana, señalando las pocas falencias que había encontrado.

El timbre sonó justo cuando Jungkook se puso de pie.

—Lamento la demora, Jeon —dijo, haciendo su mejor esfuerzo para lucir calmado mientras el chico se acercaba a él.

—Está bien, profesor. Puedo esperar, no se preocupe.

—El resto es libre —aclaró entonces, mirando a los estudiantes que ya estaban guardando sus cosas con emoción—. Espero que estos últimos días sean tranquilos y que disfruten mucho sus vacaciones.

—Igualmente, sangsenim. —Más de algún estudiante habló, despidiéndose de él con la cortesía de siempre.

El pelinegro solo se quedó ahí, de pie, observando cómo todos iban dejando el salón.

Por suerte para ambos, ningún muchacho parecía interesado en escuchar cómo evaluaban el último cuadro de esa clase.

—¿Y bien? —Taehyung interrumpió el silencio que se había prolongado, apuntando la pintura que Jungkook escondía frente a sus piernas—. ¿Puedo ver su cuadro, señor Jeon?

—Claro. —Asintió con una sonrisa, estrechando su lienzo solo cuando el aula estuvo completamente vacía—. Hubiese preferido ser de los primeros, pero no quería que nadie más lo viera.

—¿Desde cuándo eres tan tímido? —Casi sonrió, tomando el cuadro que ni siquiera se detuvo a ver.

Sus ojos estaban fijos en el menor, esperando una respuesta.

—Creo que no lo dije bien. —Una sonrisa pretenciosa iluminó su rostro, haciéndolo lucir tan... atractivo—. Quería que solo tú lo vieras —se corrigió, bajando la vista hacia la pintura.

Romper y corromper﹔⁽ᵏᵗʰ ⁺ ʲʲᵏ⁾Where stories live. Discover now