Romper y corromper﹔⁽ᵏᵗʰ ⁺ ʲʲᵏ⁾

₍₂₈₎ hiding

Taehyung cerró la puerta de golpe, justo frente a su cara, como si de pronto estuvieran en una película y él fuera ese idiota que nadie quiere cerca, que nadie quiere de amigo.

Fue inevitable que su garganta se apretara y sus ojos se llenaran de lágrimas, tal vez porque anhelaba demasiadas cosas a la vez, demasiadas cosas que no tendría —y que no entendía—.

Quizá por eso gritó de vuelta, aferrándose a la única cosa que sabía que era cierta.

—¡Él en serio te ama! —exclamó a través de la madera, soltando una risita corta, alegre, aunque poco sincera.

Solo quería llorar, eso fue lo primero que supo cuando Taehyung volvió a pedirle que se fuera, desechándolo como si hubiese dejado de ser útil cuando Jungkook llegó —a su departamento y a su vida—.

¿Así terminaba todo?

V I E R N E S
04 . 12 . 15

—Tenemos que hablar.

Su frase fue tan repentina como la puerta que se abrió y cerró detrás de él, llamando la atención del par de chicos en el sofá.

Los tres estaban igual de sorprendidos, aunque Yoongi no tenía tantos motivos. En realidad, él debió imaginar que la pareja estaría junta, descansando, compartiendo su tiempo libre hasta que un completo extraño decidiera interrumpirlos.

Porque eso fue lo primero que pensó, que no los conocía.

Porque de alguna forma era obvio que Jungkook estaría ahí, tendido, con la cabeza en el regazo de Taehyung y un libro en las manos.

Porque no se suponía que su estómago se retorciera al notar los dedos que cepillaban el pelo de su alumno, moviéndose como si fuera normal, como si fuera automático.

Era tan estúpido.

—Oh. —Yoongi intentó no sonar decepcionado, pero lo hizo, perdiendo toda la confianza de antes—. Lo siento, chicos, no... no quise interrumpirlos.

—No seas tonto. —Taehyung negó con la cabeza y se movió un poco, logrando que Jungkook se enderezara junto a él—. Sabes que no molestas.

—No, está bien. Puedo venir después. No es tan importante.

—Min. —El castaño casi suspiró su apellido, riendo—. ¿En serio esperas que te crea? No eres la clase de persona que sale de su casa corriendo para decir algo que no es tan importante, menos si usaste tu propia llave para entrar.

—Es solo que... —Se detuvo a sí mismo, observando a Jungkook el tiempo suficiente para que lo mirara de vuelta y sonriera, apenas un poco nervioso.

—Está bien, profesor, ya casi me iba. —Estaba mintiendo y lo sabían, todos lo sabían, pero ninguno lo detuvo mientras se ponía de pie—. Ya es muy tarde y... bueno, Sangguk puede llegar en cualquier momento.

—No estabas por irte, Jungkook. —Yoongi no se entendía a sí mismo. Quería al chico fuera del mapa, pero lo retuvo, esbozando algo parecido a una sonrisa—. Estaban cómodos, tranquilos, y está bien. Puedo venir mañana.

—Claro que no. —Jungkook ni siquiera titubeó, aunque sí evitó sus miradas, tomando la mochila junto al sofá—. Quizá no estaba a punto de irme, es verdad, pero puedo hacerlo ahora. Usted necesita hablar con Taehyung y yo respeto eso.

—Kook... —El castaño casi se quejó, tomando la mano ajena.

—Puedo volver mañana, ¿sí? —Le sonrió, inclinándose hasta que pudo rozar sus labios—. Prometo avisarte cuando llegue a casa.