El comienzo

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Llamada inoportuna, bata de hospital

El carrito de supermercado se deslizó unos centímetros cuando Jimin se dio la vuelta recargándose de espaldas sobre él

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El carrito de supermercado se deslizó unos centímetros cuando Jimin se dio la vuelta recargándose de espaldas sobre él. La barra había sido diseñada para empujar las compras, no para que un chico se apoyara descuidadamente con riesgo de atropellar al cliente de enfrente.

Taemin tiró del carrito devolviéndolo a su lugar, las botellas de licor chocaron entre sí en consecuencia y el liquido dentro de ellas se agitó. Jimin le regaló una pequeña sonrisita en disculpa y volvió la vista hacia abajo, a su celular.

Odiaba ir de compras, en especial si era en compañía de Jimin, el chico decía que irían por un par de cosas que necesitaba, no más... Pero conforme se adentraban en los pasillos...

Mierda... El carrito terminaba desbordándose.

Siempre terminaban comprando ropa de más, cada maldita vez; pero el punto era que sin importar que solo entraran por un tarro de mermelada, cada que iba al supermercado con su novio, Taemin terminaba empujando el carrito completamente lleno.

Sus dedos tamborileaban impacientes sobre la delgada barra del carrito, la música sonando levemente por los altavoces; no conocía la canción que tocaban pero era tan alegre y empalagosa que esperaba no tener que volver a escucharla jamás. La aguada voz que se le colaba en el oído lo estaba poniendo de pésimo humor.

— ¿Iremos a la fiesta el sábado? — Preguntó Taemin en un intento por llenar el irritante silencio solo cortado por el sonido de los productos siendo pasados por el escaneo de precios.

El pelo azul le caía directo en la cara y sus brazos sustituyeron el tic nervioso en sus dedos cuando los apoyó en el carrito.

— ¿Irá Soo-Yoon? — Preguntó el rubio en respuesta sin molestarse en alzar la vista del teléfono en sus manos.

El peliazul miró al frente aburrido, faltaban cinco personas más en pasar; la fila de a lado sólo tenía tres: una señora que parecía haber comprado lo suficiente para alimentar a una tropa militar, una joven con un bebé escandaloso y el anciano que le seguía traía consigo al menos diez cajas de leche, Taemin rodó los ojos.

"¿No puede solamente comprarse una maldita vaca?"

Taemin resopló por la nariz, le había dicho a Jimin que se formaran en la fila que les seguía pero el muy obstinado se había negado, excusándose que tenían que formarse en la fila más larga hasta que su madre contestara, y bueno, el peliazul había comenzado a impacientarse.

La señora de enfrente lo estaba haciendo apretar los dientes con fuerza en frustración, llevaba al rededor de diez minutos intentado pasar su tarjeta, insistiendo que contaba con el dinero suficiente en ella para pagar lo que llevaba en el carrito aún cuando el cajero ya le había dicho amablemente que no tenía ni para pagar una caja de chicles.

DAMNATIONWhere stories live. Discover now