Treinta y cinco

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La alfombra en el pavimento, aliento en la cara

El chico rubio se detuvo a medio pasillo, y aún cuando Yoongi se encontraba desesperado por sacarlo de ahí, pareció entender porqué Jimin dudaba

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El chico rubio se detuvo a medio pasillo, y aún cuando Yoongi se encontraba desesperado por sacarlo de ahí, pareció entender porqué Jimin dudaba. Si el extraño tras las rejas hubiese dicho algo así sobre su madre en vez de sobre la de Jimin, también se habría quedado estático.

— Jimin...— Yoongi lo miró, negando de un lado a otro, esperando una reacción por parte del chico, esperando que este no diera señales de volver por donde habían venido, pero sus esperanzas se esfumaron en cuanto Jimin frunció el ceño y decidido, caminó hasta posarse frente al hombre de la celda.

— Mi madre está muerta — murmuró tan bajo pero en medio de un silencio tan denso que JoongHee fue capaz de escucharlo. El hombre abrió los ojos, dejando a la vista la sorpresa que se adueñó de su rostro.

— ¿Está muerta?— preguntó aún cuándo Jimin lo había dicho claramente.

Estaba jodido.

— Lo está — Dijo con firmeza, atento a cualquier movimiento del hombre— No hay forma alguna de que la conozcas.

Yoongi llegó a su lado y se plantó justo ahí, con los brazos cruzados y la mirada clavada en JoongHee. No confiaba en él, jamás en su vida lo había visto y el hecho de que lo habían encontrado tras las rejas no daba mucho que desear. Podía ser un bribón, pero también cabía la posibilidad que estuviera diciendo la verdad.

— Pues la conozco.— volvió a repetir luego de pasarse una mano por su escaso cabello, ahora aparentemente más tranquilo— ella estaba conmigo.

— Esas son patrañas, su madre murió en un accidente de auto— aclaró el pelinegro— Junto a su esposo.

Jimin bajó la vista, frunciendo el ceño en decepción. Por un minúsculo momento, de verdad había pensado que JoongHee estaba diciendo la verdad. Por un momento todavía más diminuto, Jimin había querido confiar en que era así pero estaba más que claro.

— Espero que salgas de ahí pronto, Kim JoongHee.— Susurró para luego mirar a Yoongi y asentir con la cabeza, podían irse.

Yoongi se acercó a él, pasándole un brazo por los hombros, pero antes de que pudieran dar un paso más, el hombre volvió a abrir la boca.

— No me refiero a cuando murió — JoongHee retrocedió, apoyando la espalda contra la pared a su izquierda sin dejar de observar a los chicos — Ella y yo, estábamos juntos.

Yoongi frunció el ceño, pero antes siquiera de detener al chico, Jimin ya se había girado.

— Eso no es verdad, mamá nunca haría algo como eso — Exclamó Jimin de inmediato, sintiendo como las venas se le saltaban en la frente al escuchar tales mentiras. No era posible, ella había estado siempre con ellos, no podía ser verdad— Estás mintiendo.

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