Veintitrés

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Conmoción, calma inquietante

Yoongi fue el último en entrar e inmediatamente bloqueó las puertas con ayuda de Jungkook y de Jin

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Yoongi fue el último en entrar e inmediatamente bloqueó las puertas con ayuda de Jungkook y de Jin. Sin embargo, mientras que todos retrocedieron cuando los infectados se estamparon contra el cristal, él se dio la vuelta, en ese instante el alma cayéndosele a los pies. 

Por un momento las sombras que se apropiaban del corredor se volvieron enormes halos de luz, y el piso que antes reflejaba la penumbra, ahora brillaba en él la claridad de la mañana.

De pronto el ambiente ya no era tétrico en lo absoluto, pero aún con tanta luz, se volvió igual de pesado tal y como Yoongi sentía su cuerpo. Todo le dolía, las pantorrillas le quemaban, apenas podía respirar y el corazón le latía tan rápido que podía sentirlo palpitarle en las orejas.

Ni en sus más horribles sueños habría pensado volver, pero a este punto, las pesadillas ya no evocaban tanto miedo ni pesadez como vivir.

Era incapaz de moverse, sintiendo su vida pasar por aquel pasillo. Había casilleros grabados con infinidad de garabatos que serían remplazados al finalizar el año escolar, pero Yoongi veía claramente su nombre escrito con pintura grisácea en aquel casillero desgastado.

Recordaba ese día a la perfección.

Recordaba haber cerrado el casillero de golpe y recargarse en él para fumarse un cigarrillo antes de adentrarse a su siguiente clase. Aún podía sentir el humo recorrer su garganta.

Podía escuchar los cuchicheos y voces emocionadas charlando entre sí, pero le traía sin cuidado que un par de amigos se reunieran a estudiar el martes, o que otros más decidieran ir a los bolos.

Yoongi simplemente esperaba que el timbre a lo alto sonara.

Aún recordaba haberse ido antes de tiempo, sin haber tomado esa última clase como consecuencia de haber sido llamado por el altavoz.

— ¿Hyung? — El pelinegro se sobresaltó y observó desconcertado al joven frente a él. Jimin le miraba con el ceño fruncido en preocupación.

¿Dónde diablos estaban los intensos rayos de luz y los cuchicheos? ¿Dónde estaba el casillero grabado con su nombre?

Yoongi se había quedado estático al haber entrado al edificio; estaba parado justo frente a la entrada con las manos inertes descansado a sus costados.

Consternado por sus pensamientos, se percató de que aquel rayo de luz era inexistente. No había luz ni aparente tranquilidad, sólo había muerte... Y muertos.

Los infectados aporreaban el cristal a sus espaldas, acumulándose con tal rapidez que poco a poco fueron tapando la única fuente de iluminación.

— Tenemos que movernos de aquí o van a tirar abajo las puertas — Dijo Jungkook, observando a Taehyung, quien no dejaba de sobresaltarse cada que los infectados se estampaban con fuerza — estamos siendo carnada para ellos, atacan porque nos ven.

DAMNATIONWhere stories live. Discover now