- ¡Taehyung, siéntate ya, que no me dejas ver! - SeokJin obligó al chico a sentarse bien en el asiento del copiloto pero este no dejó de estirar el cuello a pesar de que poco a poco los autos volvían a ocupar los dos carriles y por ende, la fila ava...
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El autobús chocó contra un montón de cajas de cartón que yacían apiladas unas sobre otras en el pavimento, las cajuelas de decenas de coches estaban abiertas de par en par, y había centenares de mantas, latas de comida y ropa desperdigadas por doquier, probablemente pertenecientes a los antiguos dueños de esos autos. Cabe destacar que el piso de aquella autopista estaba repleto de restos de carne humana.
La autopista estaba bloqueada.
No había forma alguna de hacer a un lado todos esos autos para formar un hueco en aquel embotellamiento y dejar pasar libremente al vehículo que conducían.
Era imposible.
Incluso había un gigantesco camión volcado a un par de metros de ahí, cuyo enorme ancho tapaba las vistas de cualquiera que fuera lo que estuviera del otro lado. Y que si Taehyung recordaba bien, era el vehículo del accidente de hace unos días.
La autopista estaba bloqueada por semejante accidente, y la única opción viable que les quedaba era abandonar el vehículo y avanzar a pie.
Era peligroso, pero a menos que encontraran la forma de hacer levitar el autobús por sobre las hileras de autos, sería imposible atravesar la carretera a lomos de aquel toro amarillento de metal.
Antes de frenar en seco llevándose consigo las cajas polvorientas del pavimento, SeokJin había estado conduciendo por una carretera que supuestamente los llevaría a la granja de los Min sin ninguna dificultad, y no habían tenido problemas en el transcurso del viaje, salvo que SeokJin era un inexperto conduciendo un vehículo de ese tamaño. Sin embargo, era fiel creyente de que quién debía cargar con la responsabilidad era él, cuestiones de edad, ni más ni menos.
No claro que no, no habían tenido problema alguno... Ninguno hasta que la callejuela que habían estado siguiendo de acuerdo a las indicaciones de Taehyung, había desembocado en la autopista que salía de Busan, y ninguno de ellos se había parado a pensar que podría estar hasta el tope de autos y caravanas rodantes.
Todo hecho un desastre.
— Detén el autobús.
SeokJin tragó saliva mientras empujaba el pedal del freno y jalaba de la palanca de cambios, pero eso no los salvó de estamparse contra las cajas.
— Tomen sus cosas muchachos, nos vamos de excursión.— Soltó Taehyung tras colgarse la mochila al hombro y levantarse de su asiento.
Unos asientos más atrás, Taemin también se levantó, no sin antes rodar los ojos ante la frase absurda del castaño y coger su mochila con ambas manos.
