- ¡Taehyung, siéntate ya, que no me dejas ver! - SeokJin obligó al chico a sentarse bien en el asiento del copiloto pero este no dejó de estirar el cuello a pesar de que poco a poco los autos volvían a ocupar los dos carriles y por ende, la fila ava...
Rất tiếc! Hình ảnh này không tuân theo hướng dẫn nội dung. Để tiếp tục đăng tải, vui lòng xóa hoặc tải lên một hình ảnh khác.
— Joder — Gruñó el maknae, retrocediendo para tomar impulso.
El bate de beisbol se clavó con rudeza en el cráneo de la criatura salpicando a su paso el asfalto de sangre oscura y espesa.
Jungkook se aseguró de que aquella criatura estuviera muerta asestándole un par de golpes más y luego rematando al pisarle la cabeza con su bota militar, embarrando el suelo en consecuencia con aquella sustancia viscosa; Jimin le cubría las espaldas golpeando con rudeza a una anciana, a diferencia de que el rubio lo hacía con un palo de golf.
La mujer resistía todo golpe que Jimin le daba, seguía caminando hacía él con el propósito de probar su carne sin importar cuántas veces le golpeara en el torso o las piernas, seguía avanzando en su dirección.
"Que anciana más escurridiza" Pensó el menor a mitad de un jadeo, al mismo tiempo en que se hacía para atrás, evitando que los brazos de la anciana lo atraparan.
Jimin apretó el agarre de su arma, sentía el sudor bajar por su espalda y mojarle por completo la camiseta a pesar de haber salido hace tan solo cinco minutos. Miró al frente, observando a su hermano sujetar el bate con ambas manos, como si estuviera a punto de golpear una pelota en pleno partido, solo para luego golpear con todas sus fuerzas a un infectado directo en el mentón.
— ¡En la cabeza, Jimin-ssi! — Gritó, sujetando el bate a lo alto, esta vez dejándolo caer brutalmente sobre la cabeza de la mujer.— ¡Así! ¡Como en las películas!
Jimin tragó saliva, mirando a la anciana y luego a su hermano, sus pies habían retrocedido hasta que su espalda topó con pared. Era ahora o nunca, la anciana estaba por lanzársele encima.
El olor de la infectada se le coló en las fosas nasales y el rubio tuvo que contener las arcadas. Sujetó con fuerza el palo de golf y en apenas segundos, le atravesó el cuello con él. Aquel acababa de ser el primer infectado que había asesinado, y si bien no la había matado totalmente puesto que la cabeza seguía lanzando mordidas sobre el asfalto, Jimin dio por hecho que fue así.
Respiró repetidas veces, observando el fuego en los escaparates expandirse y a las personas que apuradas intentaban llegar a sus autos, de pronto, escuchó la voz de su hermano repetirle que tenían que seguir.
"Debemos salir ahora que los infectados están distraídos" Había dicho, y justo en esos momentos Jimin no sabía si se refería a que estarían distraídos con el fuego o persiguiendo al resto de la gente.
El rubio observó a su alrededor a la par que avanza los últimos metros, la camioneta estaba justo enfrente; los gritos no faltaban, a decir verdad y por muy grotesco que llegara a sonar, comenzaba a acostumbrarse a ellos.
Jimin siguió avanzando y empujó a un costado a una adolescente con las greñas enredadas mientras le perforaba la cabeza a un hombre que intentaba morderle la espalda.
