Treinta

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Fantasías, balones anaranjados

Jimin se sobresaltó cuando el infectado dio un zarpazo en su dirección y tratando de esfumar sus pensamientos, sacudió la cabeza y apretó con mayor fuerza el cuchillo

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Jimin se sobresaltó cuando el infectado dio un zarpazo en su dirección y tratando de esfumar sus pensamientos, sacudió la cabeza y apretó con mayor fuerza el cuchillo.

Estaba distrayéndose.

No hacía más de dos minutos que Yoongi había abandonado el pasillo y la cantidad de infectados que habían terminado con un agujero en el cráneo había pasado de doce a veintiseis. Y a pesar de que el terror que sentía aumentaba con cada monstruo que atravesaba el pasillo, Jimin era consciente de que su corazón desbocado no era consecuencia del miedo, sino de Min Yoongi.

Un gruñido lo sacó de su burbuja y al igual que las tres veces anteriores, empujó al primer infectado que dobló por el corredor antes de clavarle la daga al segundo. Yoongi le había dejado el arma de fuego para defenderse, pero el problema era que no solo no sabía usarla sino que tampoco quería tener que hacerlo.

Yoongi... Aquel Yoongi que no hacía más de media hora que había intentado besarle.

Jimin dejó el cuerpo del infectado caer antes de volver a esconderse tras la pared, aquella pared contra la que había quedado su pecho hacía no más de diez minutos, y ni más ni menos que con Min Yoongi detrás de él.

Intentó recuperar el aire tras el reciente encuentro con el par de criaturas, preparándose para volver a atacar, sin embargo, se dio cuenta de que el aire le faltaba no por el esfuerzo, sino de pensar qué habría pasado si...

¿Qué si le hubiera devuelto el beso? Debía admitirlo, corresponderle se le había pasado por la cabeza. ¿Qué si se hubiera sentado sobre sus piernas? A fin de cuentas, había estado a dos centímetros de estar sobre de él.

El rubio suspiró, permitiéndose echar un vistazo al pasillo.

¿Significaba entonces que le gustaba a Yoongi? ¿O quizá solo quería pasar el rato con él? Taehyung le había dicho que le interesaba a su hermano, ¿pero interesarle en qué sentido? ¿Para un acostón? ¿Para un novio postapocaliptico? Y la mejor pregunta de todas ellas: ¿Por qué es que le estaba dando tantas vueltas?

Jimin salió de detrás del casillero y de una patada repitió el proceso, sin embargo, fue sorprendido cuando además de un segundo infectado, un tercero y un cuarto atravesaron el pasillo.

El rubio maldijo por lo bajo. Claro que había querido besarlo, llevaba pensándolo desde que en aquella azotea, Min Yoongi se había llevado un cigarillo a los labios.

Logró acabar con la segunda criatura de un santiamén, pero la tercera se le abalanzó, apenas alcanzando a esquivarla pero siendo recibido en los brazos de la cuarta. Jimin actuó con rapidez, acabó con ella antes de que su espalda tocara el piso, pero el primer y tercer infectado se le lanzaron en sintonía.

Si salía vivo de esta, definitivamente besaría a Min Yoongi, y eso sin duda sería lo mínimo que haría con él.

Jimin forcejeó, el primer infectado le gruñía directo al rostro mientras el restante se le había lanzado a los pies.

DAMNATIONWhere stories live. Discover now