Octubre 13, dos semanas antes del comienzo.

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Sábanas arrugadas, recuerdo presente

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Jimin gemía contra las sábanas, las apretaba tanto que al soltar los puños, habían quedado arrugadas

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Jimin gemía contra las sábanas, las apretaba tanto que al soltar los puños, habían quedado arrugadas.

Otro jadeo se le escapó cuando el chico salió de él y sujetándolo por las caderas, se dejó caer de espaldas, llevándose al chico rubio sobre de él, su cara a escasos centímetros de la suya. Jimin apenas podía distinguir la clara piel entre la oscuridad.

Sus labios se juntaron una vez más, desesperados por retomar el contacto; el chico aprovechó que Jimin jadeaba para adentrar su lengua, acompañando la intrusión con un par caricias en su espalda desnuda, recorriendo la suave piel hasta detenerse en sus glúteos expuestos. El chico los tomó con ambas manos, apretándolos hasta dejarle el trasero rojizo, logrando consigo que Jimin se removiera encima suyo en busca de más contacto.

Su primera intención había sido levantar a Jimin y animarlo a montarlo, pero estaba disfrutando  tenerlo encima. No era lo que esperaba, claro que no, pero... daba lo mismo si retrasaban un poco la montada ¿no?

Con esos pensamientos, el chico tomó el rostro del menor con la diestra, acercándose una vez más a esos apetitosos labios para acto seguido besarlo con destreza. Su lengua se adentró como un buzo en las profundidades del mar, explorando cada perímetro, degustando el sabor, y cuando el rubio se separó para tomar aire, su novio aprovechó para volver a posicionarse entre sus piernas.

Al rubio se le escapó un gimoteo cuando el chico volvió a posicionarse dentro de él, embistiendo suavemente, tomándose el tiempo de entrar por completo, hasta que fue cuestión de solo segundos para que estuviera penetrándolo con mucha más fuerza, más rapidez.

Y lo que salió de los labios del rubio no fue un suspiro, Jimin gimió fuertemente sobre su boca, excitándolo aún más de lo que ya estaba. Sus manos se posicionaron en su trasero, acariciando y apretándolo con ambas manos al mismo ritmo en que su miembro seguía embistiéndolo. Juraba que de seguir con aquel ritmo, no podría aguantar demasiado, Jimin tendría que cabalgarlo ya mismo si no quería correrse antes.

Y dicho y hecho, lo ayudó a incorporarse, sentándolo directamente en él y disfrutando de lo bien que se sentía estar dentro. Jimin comenzó a moverse lentamente, bajando y subiendo poco a poco, sintiéndolo llenarlo por completo, y para cuando empezó a dar pequeños saltos, cerró los ojos, abriéndole paso a los gemidos que acompañaron a su respiración agitada, la luz de la luna iluminándole por completo la cara a través de la ventana.

— T-Taemin.— Gimió.

Y luego... luego nada.

Las caderas que habían estado chocando contra su trasero ahora se mantenían inertes y por más que quiso tomar el mando, unas fuertes manos lo sujetaron por la cintura, deteniendo cualquier movimiento por su parte. Jimin abrió los ojos ante la confusión.

¿Por qué se había detenido?

— Es de mala educación gemir el nombre de alguien más mientras están cogiéndote, ¿No lo crees? — Jimin sintió un escalofrío recorrerle todo el cuerpo, la confusión subiéndole por la garganta, amenazando con ahogarlo.

Aquella era la voz de Taemin, estaba casi seguro... Y era un casi porque el alcohol en su sistema lo ponía en duda.

— ¿Q-qué? — El chico lo miró desde abajo, no podía distinguir los rasgos de su rostro debido a la oscuridad, pero en ese momento, asimilando el tener el miembro de un desconocido dentro suyo, Jimin cayó en cuenta de que el tono de voz era totalmente diferente al de su novio.

Aquel no era Lee Taemin.

Jimin se quitó de encima, exaltado, y como pudo agarró la almohada más cercana para cubrirse el cuerpo desnudo, cosa que era absurda ya, pues prácticamente había tenido intimidad con un completo desconocido en una oscura habitación del segundo piso de una extraña casa... Y lo que era peor, probablemente Taemin estaba en otra habitación esperándolo.

El pánico evaporó de pronto las tres botellas de licor que se había bebido y temiendo echarlas fuera, se bajo de la cama casi corriendo intentando no vomitar. Una vez tocó el suelo, Jimin comenzó a buscar la ropa que seguramente se hallaba botada de aquí por allá, dejando al chico extraño recostado sobre la cama.

Sentía sus ojos clavados en él, ¿cómo no tenerlos anclados en él si el desconocido mismo acababa de acostarse con la persona equivocada también? Aunque bueno... A diferencia de Jimin, el chico en la cama no tenía novio ni mucho menos novia, no era más que un simple repartidor de pizzas que luego de dejar su último pedido se había metido a la fiesta, coqueteando con el jugador estrella de fútbol americano de una escuela adinerada pero acabando con un rubio apasionado en la cama pero tímido fuera de ella.

Aunque bueno, no había acabado, literalmente.

Y mientras Jimin comenzaba a vestirse con esas prendas de cuero, el chico siguió observándolo sin dejar de pensar que el destino a veces se divertía de maneras muy curiosas.

— ¿No vas a preguntar quién soy?

Jimin detuvo sus movimientos, estaba a punto de salir huyendo pero aquella voz misteriosa lo llamó una vez más; no le respondió, sólo negó con la cabeza. Sabía que el chico podía verlo, estaba parado frente al ventanal, así que no se desgastaría pronunciando palabras que seguramente le saldrían atropelladas.

— Bueno, aún así te lo diré — contestó el chico, sorprendiéndose enormemente ante su actitud tan cerrada. "Tal vez es hetero, un hetero muy curioso" Pensó, pero descartó la idea, el chico sabía mover muy bien las caderas — Mi nombre es Min Yoongi, y acabo de cogerte el culo.

Lo último que supo del rubio sin nombre, fue que soltó un resoplido nervioso y luego de sacudir la cabeza un par de veces más, abandonó el cuarto de un portazo.

Min Yoongi no pudo olvidarlo, el encuentro se repetía con frecuencia en su cabeza y lo peor de todo es que no quería olvidarlo.

Lamentablemente no sabía su nombre.

Y lamentablemente también había bebido demasiado esa noche como para recordar a detalle otra cosa que no fuera el tatuaje sobre sus costillas.

¡Estrellitas mías! ¡Buenas noches!

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¡Estrellitas mías! ¡Buenas noches!

Quiero agradecerles muchísimo por seguir aquí conmigo, lo he dicho millones de veces pero no me canso de decir que un escritor no es nada sin sus lectores, ¡En verdad muchas gracias!

Este es el prólogo número uno, decidí anexar parte del one shot (Lo encuentran completo en mi perfil) porque muchos no lo leían y es importante para la trama.

¡Los amo mucho y feliz aniversario a DAMNATION!

❄️Snow_Moch alias su MalvaMochi

DAMNATIONWhere stories live. Discover now