Diez

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Yemas mordidas, el charco en los tablones

— Tú vienes conmigo — Dijo Yoongi con la mejilla casi pegada a la ventanilla del conductor; de ella escurría un diminuto hilo de sangre, producto de haberle roto el cráneo al infectado — Ah, no, no, no, nada de peros, Taehyung — Agregó cuando la m...

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— Tú vienes conmigo — Dijo Yoongi con la mejilla casi pegada a la ventanilla del conductor; de ella escurría un diminuto hilo de sangre, producto de haberle roto el cráneo al infectado — Ah, no, no, no, nada de peros, Taehyung — Agregó cuando la mirada de su hermano se desorbitó en espanto y con el dedo índice se señaló el pecho.

Su mano temblaba.

Taehyung tenía las piernas entumecidas teniendo a SeokJin encima. Tenía miedo, no, corrección, estaba aterrorizado.

— Mueve esas piernas de pollo — Exclamó su hermano, abriendo de golpe la portezuela del copiloto. Taehyung no supo en qué momento había rodeado el auto.— Te vienes conmigo, anda.

— ¿Qué? — Cuestionó con los ojos abiertos, saliendo del auto con paso torpe después de que Jin lo hiciera. Avanzó abrazándose a sí mismo, sintiéndose inseguro al analizar con detenimiento la callejuela vacía.

Taehyung había puesto pie en esa calle centenares de veces, y ninguna le había provocado esa sensación de nerviosismo agudo.

Jamás en toda su vida había visto la calle que tenía delante como un perfecto escenario para una película de terror, de hecho, siempre le había gustado que el barrio de su mejor amigo porque era tranquilo, las portezuelas de las demás casas eran de colores pastel y siempre que visitaba a Jin de noche, en vez de la horrorosa sensación de pánico que sentía ahora mismo, en lo que pensaba era en lo hermoso que se veía el cielo.

El cielo ahora estaba nublado, mas las nubes no eran las causantes de la desaparición de las estrellas. Era el humo. Humo de quién sabe cuántos incendios en la ciudad.

— Taehyung puede quedarse en el auto, Yoon— Dijo SeokJin — No ha matado a ningún infectado.

El mencionado echó un vistazo a la calle, estaba tan oscuro que apenas alcanzaba a distinguir su propia sombra.

— Y justo por eso irá conmigo — Yoongi abrió la puerta trasera también, y asomándose un poco, hizo contacto visual con Jackson. El chico lo miraba espantado, casi podía jurar que podía ver a través de sus ojos a una diminuta gallina aterrada. — Mueve el culo tú también.

— Yoongi...— Lo llamó SeokJin por lo bajo.

— No puede seguir sin haber matado a uno — Dijo y SeokJin torció la boca, asintiendo. Yoongi se giró una vez más, esta vez metiendo la cabeza en los asientos traseros.— ¿Qué estás esperando?

Jackson apretó los labios y Yoongi lo miró desafiante.

— Ya te lo he dicho, si te quieres quedar en la calle, entonces no vayas.

Aquello fue suficiente para que Jackson saliera del auto esquivando las piernas de Taemin quién se rehusaba a moverse. Detrás de él descendió Nayeon, bajándose las mangas de la camisa blanca y que aún bajo la oscuridad, podían verse claramente las manchas ensangrentadas.

DAMNATIONWhere stories live. Discover now