Capítulo 19.

11 2 6
                                    

Mientras esperaban a que sus guías regresaran con la comida, la mesa que compartian Arlen, Bacu y Valeria se encontraba en silencio. Un silencio incómodo, establecido por la aguda mirada que el más alto le dirigía al granjero.

-¿Podrías dejar de mirarme así? Si tus ojos fueran cuchillas, ya estaría calvo.-Dijo Bacu, en el asiento de enfrente, junto a Valeria. La chica, enfrascada en sus pensamientos, volvía a prestar atención a sus amigos. No había escuchado lo último que dijo el chico a su lado, por lo que hizo caso omiso.

-No puedo creer que no pueda ni siquiera entrar al centro de entrenamiento...-Murmuró la chica, compartiendo su frustración.-¿Pueden creerlo? Las mujeres no tienen permitido leer lo que quieran, y tampoco pueden pelear aquí.-Dijo. Bacu suspiró, y volvió su mirada hacia ella.

-No levantes demasiado la voz. No creo que aquí les guste que se quejen de sus costumbres...-Volteó para ver a un grupo de hombres con togas blancas, sentados a unas mesas de distancia, bebiendo algo que dudaba que fuera agua o jugo. Valeria se cruzó de brazos. Arlen suspiró, y llevó su cabeza hacia atrás, mirando al techo.

-Es que...Ugh...-Gruñó, dejando caer su espalda contra el respaldo de la silla.-¿Qué haremos si no podemos buscar lo que necesitamos?-Dijo, dirigiéndose a Arlen.

-No tengo idea...-Respondió vagamente, arrastrando las palabras. Valeria lo observó por unos segundos, con impaciencia.

-Oye, enserio, ¿Qué te pasa? No podemos avanzar si no estamos en sintonía.-Dijo Bacu, ya exasperado por la situación.

-Nada.-Respondió él.-Solo que... No sé qué hacer...-Musitó. Su tono de voz parecía incómodo y Valeria, sin entender, enarcó una ceja. Se hizo hacia adelante, para hablar más bajo con su amigo.

-¿Sobre qué?-Preguntó. Bacu se acomodó en su asiento, preparado para prestar atención.

-Sobre... Él...-Musitó, con un ligero rubor en el rostro. Señaló con la cabeza más allá de Valeria, donde Aziz y Lumia aguardaban sus platillos junto a una gran barra de piedra pulida. Bacu pareció darse cuenta de algo, abrió la boca para decir algo mientras volteaba para ver a su amigo.

-¿Por eso estás molesto conmigo?-Preguntó, con un tono casi ofendido, y tal vez demasiado alto. Arlen y Valeria lo hicieron callar.-Perdón...-Mumuró.

-No entiendo por qué no le agrado...-Se quejó, cruzándose de brazos. Valeria hizo una mueca pensativa.

-¿Por qué lo intentas tanto?-Dijo, sin analizar sus palabras antes de decirlas. Arlen, con el entrecejo fruncido, le clavó la mirada.

-¿Qué dices?-Su tono parecía casi amenazador, como si estuviera preparado para devolver cualquier ofensa que estuviera en el camino. Valeria se mordió la lengua dentro de la boca. Bacu acudió en su rescate.

-Creo que lo que quiso decir es... No te esfuerces tanto. Si le caes bien, que sea porque eres tú. -Explicó. Arlen bajó la mirada hacia la mesa, pensativo. Parecía haber un debate en su cabeza, y la expresión de su rostro estaba lejos de mostrar decisión. Luego de unos segundos, suspiró y volvió a ver a sus amigos.

-Bien... Intentaré calmarme un poco... Y te ayudaré con lo de la biblioteca, Val.-Repuso, a lo que su amiga asintió.

-Oh, y Bacu...-Empezó la muchacha, dispuesta a pedirle ayuda con respecto a su problema con el centro de entrenamiento, cuando una sonriente Lumia dejó un par de platos ante ellos con un estruendo.

-¡Espero que tengan hambre!-Anunció. Se volteó para recibir dos de los cuatro platos que traía su compañero, haciendo equilibrio en sus brazos con ellos. Suspiró al librarse de la carga.

El Despertar de la Sombra I. SueñoWhere stories live. Discover now