Bacu entró en la mensajería ya pasado el mediodía. Ada estaba agazapada tras el mostrador, acomodando cosas bajo éste. Cuando escuchó la puerta cerrarse, se irguió rápidamente.
-¡Bacu!-Dijo, con cierto entusiasmo. Nunca la había visto sonreír de la forma en la que lo estaba haciendo. Le hizo recordar a su madre cada vez que lograba hacer un suéter nuevo.
-Buen día, Ada. Disculpa la tardanza.-Ella tomó una caja de detrás del mostrador, y la dejó caer sobre la superficie de madera pesadamente. Estaba lleno de sobres abiertos.
-Está bien. Tardé un poco más porque tuve que ir a la Catedral a llevar un mensaje urgente.-Explicó. Tenía un semblante alegre, y desprendía mucha energía para alguien que había subido la montaña.-Ven, vamos atrás.-Tomó la caja y desapareció tras la puerta que daba al almacén. El chico se apresuró a entrar, y la mujer se encontraba en el medio de la estancia, revolviendo las cartas dentro de la caja como si fuera un barril lleno de fruta y quisiera encontrar la correcta.
-¿Qué es todo eso?-La mujer no dejó de buscar mientras respondió;
-Tuve que cumplir un par de favores aquí y allá, pero por fin conseguí lo que necesitabas.-Dijo feliz, mientras sacaba una cart escrita con una letra que Bacu recordaba vagamente. Se sentó en el suelo, frente a Ada.-Aquí está.-Se la tendió boca arriba. La letra de Aina siempre le había parecido una mezcla de tosca y agraciada. Era muy redondeada, a veces se notaba que ella se esforzaba por escribir de una forma entendible para los demás. Bajo su nombre se encontraba el remitente; Granja Selassie, Forsdae.-Es la primera de varias. Leela mientras yo busco el resto.-Pero él ya estaba sacando la carta, y dejó el sobre a un lado. Definitivamente era Aina.
"Querida familia:
¿Cómo están? Ya llegué a Ramur. Es muy diferente a Forsdae, pero es genial. Las vistas son increíbles, tienen buena comida (pero nada como la cacerola de mamá), y me asignaron un guía para enseñarme sobre su cultura. Estoy muy emocionada por empezar a conocer más.
Algo que tal vez me hace ruido es el hecho de que hay muchísimas casas vacías. Dijeron que estan destinadas a los turistas, pero no me cierra. Sobre todo porque la ropa ya estaba acomodada en su lugar en la casa que me dieron.
Pero bueno, mañana les volveré a escribir. ¡Denle muchos abrazos a los pequeños! Los amo.
Aina."
Bacu sonrió durante toda la lectura. Podía escuchar la voz de su hermana decir todas esas cosas. O tal vez ella ya no tendría esa voz, tal vez tendría una más madura. Había pasado el tiempo, al fin y al cabo. Volvió a leer la carta, y aquellas observaciones quedaron revoloteando al fondo de su mente, molestándole ligeramente. Era verdad, y él no lo había notado. Respiró hondo. ¿Qué había pasado? ¿Por qué aquellas cartas no se habían enviado nunca?
-Aquí hay dos más.-La mujer se las tendió sin mirarlo. El chico las tomó rápidamente. Las fechas eran muy cercanas a la primera carta. Abrió una;
"Querida familia:
¿Qué tal están? Tal vez no les llegó mi primera carta, el sistema de mensajería suele ser desastrozo, pero no tanto. Me gustaría creer.
En fin, ¡He conocido a una chica! Trabaja en los cultivos, y me ha regalado pan casero. Me dijo que mañana abrirá la feria. Según mi guía es donde lo mejor de Ramur está, si sabes esquivar a los borrachos. ¡Ya quisiera verlos tratar de hacerles frente a papá y mamá! Sería tan gracioso.
Bueno, escríbanme cuando puedan. Quiero saber qué es de los chicos. Los extraño mucho.
Aina."
YOU ARE READING
El Despertar de la Sombra I. Sueño
Fantasy¡Estamos comenzando con la edición! Lamentamos cualquier inconveniente :) ~ ⭐ ~ Zenigadia siempre fue un mundo de maravillas, pese a las diferencias entre las personas que lo habitan. Pero una catástrofe del pasado amenaza con resurgir a espaldas de...