Capítulo 30.

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La casa de Lumia se encontraba un anillo más arriba. De hecho, Arlen había pasado frente a ella cuando había ido al Centro de Entrenamiento. Una pequeña casa de guijarro que parecía haber sido puesta a la fuerza entre otras casas más grandes, pues parecía derruída y algo aplastada. Aziz se apresuró para abrir la puerta de golpe, y una mujer en el interior emitió un chillido asustado.

-¡Hola, señora Etoile!-Dijo el chico con una sonrisa amable, mientras entraba rápidamente manteniendo la puerta abierta. Lumia y Arlen entraron con Valeria de los hombros. La muchacha no estaba segura si seguía tocando el suelo o si sus amigos la llevaban colgando. Había escuchado la voz de Aziz saludando a alguien pero se sentía algo lejana.

-Hola, mamá.-Lumia la saludó mientras se precipitaba a una gran cama al fondo de la estancia.

-Llegas temprano, Lu.-Observó la mujer, sin comprender la situación, tratando de mantener una sonrisa que denotaba su confusión. Aziz cerró la puerta y le echó pestillo. Respiró profundamente, suspiró y luego se volteó. Lumia estaba colocando a Valeria en la cama mientras Arlen se hacía para atrás con los brazos cruzados, cejas fruncidas en preocupación.

-Lamentamos molestarla, señora.-Dijo Arlen, volteándose con nerviosismo. Aziz se acercó a ellos. Lumia observó a Valeria por un momento antes de alejarse y se acercó a su madre con la tensión notable en su rostro.

-Está bien, solo no me los esperaba. ¿Quieren té?-Preguntó, acercándose a la pequeña chimenea donde descansaba una pequeña estructura de metal en la que hervía un tarro con agua.

-Yo no desayuné, me vendría bien. Muchas gracias.-Arlen se acercó a la mujer, mientras que Lumia no escuchaba nada de lo que estaba ocurriendo, pues parecía sumida en sus pensamientos. La muchacha rubia parecía casi enojada, pues su expresión de concentración advertía a todos a su alrededor para que no la molestaran. Él no se atrevería a molestarla incluso estando de buen humor.

-Lumia, cariño, tráeme unas tazas.-Dijo la señora Etoile mientras sacaba el tarro con un trapo. La chica no respondió, simplemente giró a la derecha y se dirigió hacia un mueble de madera oscura que guardaba platos, tazas y cubiertos. Tal vez debería haber tenido cristal en las puertas, pero no había algo como eso. Solo una abertura cuadrada para ver al interior. Lumia abrió la gaveta y tomó tres tazas de porcelana gris. La cerró con fuerza, haciendo que el mueble se agitara y provocando un tintineo colectivo. Su madre le echó una mirada de soslayo, y Lumia dejó las tazas en la mesa tras su madre con pesadez. Suspiró apretando la mandíbula. Aziz se dijo que parecía un toro a punto de embestir a cualquiera que se le pusiera en frente.

-Mamá.-Dijo ella por fin, a lo que su madre emitió un tranquilo "¿Hmm?" sacando el tarro del fuego. Lo apoyó sobre una mesada de granito junto a la chimenea, y se volteó para poner  unas especias en las tazas.-¿Tienes trabajo hoy?-Preguntó cortante. La mujer dejó caer el agua en la primera taza hasta el tope, y así con el resto.

-Tengo que llevar unas cosas a casa de Polimena, ¿Por qué?

-Solo quería saber. ¿Te molesta que nos quedemos hasta que mi amiga despierte?-Preguntó, mirándola directamente a los ojos. Arlen tomó una taza y se puso del otro lado de la mesa, cerca de Aziz. Se miraron por un segundo, preguntándose por qué Lumia trataba con tanta frialdad a su madre. La mujer se detuvo un momento para analizar el rostro de su hija y luego sonrió con amabilidad.

-Claro que no, hija. Quédense todo lo que necesiten.-Tomó una taza y se sentó junto a la chimenea. Lumia suspiró con algo de alivio.

-Gracias, mami.-Dijo, acercándose para darle un beso en la mejilla. Con sorpresa, Arlen observó a Aziz buscando una explicación, pero el guía solo podía encogerse de hombros.-Aziz, acompáñame a conseguir algo para que coma. Sabelotodo, tú quédate aquí si despierta.-Una súbita sensación de incomodidad se le plantó en el estómago a Arlen, pero antes de poder objetas por la orden o por el apodo, la chica había abierto la puerta y salido dando un portazo.

El Despertar de la Sombra I. SueñoWhere stories live. Discover now