Capítulo 28.

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Valeria caminaba de un lado a otro frente a la mensajería mientras Arlen observaba a los lados, esperando ver a Bacu acercarse en algún momento. Normalmente al muchacho le habría molestado el nerviosismo de la chica, pero en esta situación estaba justificado. Él también se sentía inquieto, por lo que jugaba con una ramita que descansaba en el alféizar de la ventana dándola vueltas sobre sus dedos. Respiró hondo, y se sintió tenso al escuchar los pasos apresurados a su derecha. Bacu venía corriendo, con la bufanda al viento y una mano cerrada en un puño con una mezcla de terror y exaltación en el rostro. La ramita se rompió entre sus dedos,  dejó caer los pedazos y se volteó para acercarse a él. Valeria se quedó estática en su lugar.

La muchacha no sabía qué hacer. ¿Debería saludar? ¿Debería pedir perdón? ¿Debía esperar una disculpa? No sabía por qué habían dejado de hablar. No sabía qué había pasado como para que Bacu se enojara con ella. O tal vez no lo recordaba. Seguramente no lo recordaba. Respiró hasta hinchar bien el pecho, y se acercó con paso firme a él.

-¡Chicos!-Dijo, al llegar a ellos, agitado. Arlen se cruzó de brazos y recargó todo su peso en una pierna. Valeria se llevó una mano en la cintura, sin saber muy bien cómo acomodarse. Ella tenía una mirada dura, Arlen una inquisitiva. Bacu retomó el aliento y se desabrochó el abrigo.-Lo siento... No pensé que vendrían tan temprano... ¿No han visto a Ada de casualidad?-Valeria dejó salir un jadeo de molestia, como si fuera una especie de gruñido.

-Hola, ¿Qué tal? Ha pasado un tiempo.-Dijo Arlen, con una etiqueta fingida.

-¡Menos de una semana!-Respondió, atropelladamente. Valeria de verdad se sorprendió al darse cuenta del tiempo que había pasado. Sentía que había sido más.-Tenemos que hablar. Vengan conmigo.-Se volteó, metiendo lo que llevaba en la mano en un bolsillo.

-¿No piensas hablar con nosotros?-Valeria sonaba seca. Había dado un paso adelante, y el chico se detuvo para voltearse, en posición para salir corriendo. Bacu suspiró.

-Bacu, perdón por haberte dejado de lado.-Dijo Arlen, acercándose a él, dejando caer los brazos a sus costados. El granjero levantó la mirada. Tenía el entrecejo fruncido. Valeria miró a Arlen, atenta. Entonces, ¿Era eso por lo que se había enojado? ¿Se sentía dejado de lado?

-¿Te parece que eso es lo que me importa ahora mismo? Sólo quería encontrar a mi hermana...-Se notaba que quería agregar algo más, pero se detuvo. Observó a su alrededor. Un par de personas se acercaban calle arriba.

-Tal vez te importa.-Dijo Valeria.-Tal vez no. Pero Arlen tiene razón, lamentamos lo que hicimos. Y...-Valeria posó una mano sobre el hombro de Arlen, buscando un apoyo. Tal vez al tocarlo un poco de su sentido común y facilidad para hablar se le pasaría a ella.-Creo que estuve mal cuando no les conté la verdad...-Si no se hubiera referido a ambos, tal vez Arlen no se habría volteado. Pero ahora tenían la mirada clavada en ella. Si no había tensión entre ellos aún, ahora sí. Y Valeria estuvo a punto de arrepentirse de haber hablado. Pero ya no podía borrar lo que había hecho.

-¿A qué te refieres?-Preguntó por fin Bacu. La chica tragó saliva. El silencio se instaló. No fue largo, pero era casi agonizante. Valeria, que se sentía curiosamente honesta, por fin habló;

-Dijiste que querías hablar, ¿Verdad? Llévanos a un lugar... Seguro. Allí podemos hablar de todo lo que quieran.-Arlen se volvió hacia Bacu, quien observaba el edificio de la mensajería con una expresión suplicante, como si esperase a que alguien saliera de allí y viniera a ayudarlo. O como si quisiera entrar. Luego se volteó hacia una calle a la derecha, por la que había venido. Se encaminó por ella.

-Síganme.-Dijo. Arlen vio a Valeria seguir al muchacho con paso decidido, y él los siguió a ambos. Por alguna razón, esa parte de la montaña era muy diferente a lo que ellos conocían. Estaba más habitada, la gente iba y venía. Se escuchaban charlas triviales, puertas de tiendas abrirse y cerrarse. Valeria observaba todo tratando de mantener el entrecejo fruncido, pero su asombro por conocer lugares nuevos era obvio.

El Despertar de la Sombra I. Sueñoजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें