Capítulo 20.

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Valeria no podía terminar de prestar atención, pues tenía la vista clavada en el ventanal de la pared sobre la puerta por la que habían entrado. La luz de la tarde entraba por los vidrios de colores, haciendo que los rayos que llegaban al suelo de granito parecieran de colores. Rojo, amarillo, azul... Parecían bailar en el aire, aveces entremezclandose, a veces separándose.

-¡Val!-Dijo Bacu, que trataba de llamar su atención. Ella, con un sobresalto, lo observó con una expresión de sorpresa.

-¿Qué?-La chica vio a sus amigos, que le dirigían una mirada casi molesta. Arlen, con un libro abierto sobre la mesa, se dejó caer en la silla de madera con un quejido.

-Decíamos que no encontramos nada con respecto a nuestro... Problema principal...-Dijo Arlen, buscando las palabras correctas para no llamar la atención. Valeria frunció el entrecejo, algo frustrada.-Solo se menciona al culto de Diyar, una.-Dio vuelta una página.-Y otra.-Volteó la página.-Y otra maldita vez.-Con aire rendido, cerró fuertemente el libro, seguido por otro quejido. Bacu apretó los labios, pensativo. Valeria suspiró.

-¿Y si averiguamos por ese culto? Tal vez hasta nos ayudan.-Atinó a decir Bacu. Arlen, con los brazos cruzados, negó con la cabeza.

-Es peligroso... -Musitó él.-Aunque... Podríamos tener una oportunidad si alguien nos ayuda desde adentro...-Siguió con un hilo de voz, mientras se levantaba de su silla, tomando su bolso.

-¿A dónde vas?-Preguntó Valeria, levantándose para tomar el libro que había quedado en la mesa.

-A hacer algo de provecho.-Respondió. Bacu hizo una mueca que habría significado "No tengo idea" cuando la chica lo miró, inquisitiva. Ella suspiró.

-¿Cómo piensas encontrar a tu hermana?-Preguntó Valeria, dirigiéndose a devolver el libro a su estante. El chico la siguió con andar despreocupado.

-Tendríamos que buscar a alguien que sepa dónde están las cosas aquí.-Dijo, mientras se adentraban en un pasillo de libros que se alzaba casi hasta el techo abovedado. "O..." pensó Valeria, "Podríamos buscar por nuestra propia cuenta...". Vio hacia el final del pasillo, para saber si venía alguien. Luego vio detrás de Bacu. Nadie cerca. Le hizo una seña con la mano para que lo siguiera.-¿Qué...?-Iba a preguntar, pero la chica lo detuvo con una señal para que guarde silencio. Él, sin comprender, asintió lentamente y siguió a la chica.

Al cabo de un minuto, se encontraban ante la escalera que la chica había visto más temprano en el día. Pero...

-El paso está prohibido para personas no autorizadas.-Dijo el guardia, bloqueando el paso con su alabarda plateada, cruzándola con su compañero. Guardándose el enojo, Valeria se volteó. Bacu suspiró. Ambos se alejaron.

-¿Qué haremos ahora?-Preguntó el chico, a lo que Valeria guardó silencio. Mordiéndose un labio, pensativa, se sentaron a una mesa en el centro de la estancia. Se dio cuenta que la biblioteca resemblaba un sol. El centro, donde estaban todas las mesas, y luego los pasillo de libros se convertían en sus rayos.

-Tal vez... Podría hacer algo...-Dijo, muy a su pesar. Sentía las manos inquietas. En el fondo, sabía que no podría aguantar demasiado tiempo sin hacer nada. Necesitaban conseguir respuestas, algo, lo que fuera. El labio empezó a dolerle, por lo que suspiró y luego buscó con la mirada la salida.-Vamos.-Tomó por el brazo a su amigo, y se dirigieron a la salida.

-Oye, espera...-Dijo Bacu, safándose del agarre con facilidad.-¿Qué hora es? No sé cuánto tiempo tenemos antes de que vengan a buscarnos.-Molesta, la chica bufó. Se encontraban ante la puerta, dubitativos. Un sonido suave pero agudo alertó a Valeria, y se volteó para buscar la fuente. Alguien había entrado por la puerta, y junto a esa persona...

El Despertar de la Sombra I. SueñoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon