balcon

1.7K 177 480
                                    

Harry rodo los ojos divertido cuando sintio a sus rizos moverse una vez más esa tarde.

Estaban en el jardín de primavera. Louis lo había llevado ahí para que hicieran unas cartas para el reino Jauregui en un ambiente más natural que en las paredes de su habitación.

El camino empedrado conectaba directamente con una de las entradas cercanas a la puerta principal del castillo, era de piedras anaranjadas y rosas, habían pasado una especie de resina por encima para que siempre luciera brillante y así no dispondria de aquellos relieves molestos de los caminos comunes de piedra.

Había rosedales que presumian sus variedades de rosas y dejaban un sendero entremedio de ellos para que pudieras admirarlas de todos los ángulos habidos y por haber.

El jardín estaba tan verde como aquellas pinturas que les había regalado el principe Luke en una de esas tantas navidades, le fascinaba la manera en que el verde de los árboles a veces variaban de tonos dejandolo deleitarse con cada uno. Las florecillas estaban en cada espacio que abarcaba el jardín hasta las limitaciones con los otros que lo rodeaban, eran de muchos colores y Harry tenía una que le gustaba particularmente; aquella delicada y pequeña que parecía ser una bebé a comparación del tamaño de las demás, era blanquita y sus pétalos eran tan pequeñitos para el. La mesa estaba en uno de los lados del jardín, era rectangular y estaba hecha de concreto, al igual que la banca estaba tallada a mano y sus tallados de flores no parecían haberse ni desgastado un poco luego de tantas decadas.

El principe había decidido torturar un poco su cabello ese día y no se resistio a ponerle más de una flor entre sus rizos.

——luces adorable, otro día quiero que recreemos esta imagen pero en la presencia de alguien que pueda retratarte.

Harry dejó que sus hoyuelos salieran hacia fuera, tal como decía el príncipe, adorablemente. Louis lo miraba con adoración desde su lugar, como si realmente estuviera presenciando alguna obra de arte maestra digna de un museo, y juraba que podía sentir como aquello hacia que su piel hormigue un poco.

——voy a tardar una hora en quitar todo el polen y florecillas de mi pelo.——Louis sonrio y tomo su mano, obligandolo a que deje de escribir para darle un beso en los nudillos.

Siempre era tan delicado y dulce con el, creia que si no fuera por los momentos en que el principe decidia hacer algún chiste con doble intencion moriría sobreexplotado de dulzura.

——puedo ayudarte con eso si quieres.

——¿esta insinuando que quiere meterse a mi ducha?——pregunto alzando una ceja.

——no es en lo único de ti que quiero meterme, lindo.

Harry apartó su mano fastidiado y tomó la carpeta que había llevado con el para darle un mínimo golpe en el brazo al principe.

——ya te dije que olvidaras lo de la otra noche.

——tu empezaste.

——¡estaba borracho! ¡por tu culpa!

——mi error, tienes razón. No vuelvo a ofrecerte vino—— Louis estaba sentado con una pierna a cada lado de la banca así que no le costó mucho deslizar a Harry más cerca de el.

Harry por si mismo inclinó la cara hacia el para que besara su mejilla con ternura. Se había acostumbrado a ese toque muy rápidamente, se sentía íntimo y dulce, sobretodo inocente cuando el alfa lo hacía como estaba haciendolo; su mano acariciando la mejilla contraria mientras que con la otra la envolvía como podía en su cintura, su olor entraba al sistema del rizado y lo relajaba porque era tranquilo, como el lo definía, por el efecto que tenía en su cuerpo.

El reino (Larry Stylinson)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora