Capítulo 15

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No lo vi en clases al día siguiente. Los dos primeros periodos habían pasado y no había rastros de Alan Dankworth.

Anoche cuando volví a mi habitación, él ya no estaba, mi libro estaba de vuelta en su lugar y no había nada que indicara que Alan había estado ahí. Tal vez mi cansancio me hizo imaginar cosas.

Kevin tampoco se había presentado a clases. Valeria pareció consciente de eso cuando recorrió la sala con la mirada.

Durante el descanso, decidí contarle a Val lo del auto negro y el extraño hombre de anoche.

—¿Cómo era él? —preguntó mientras caminábamos por los pasillos.

—Perturbador —dije y abracé un poco más fuerte los libros entre mis brazos —tenía el cabello canoso y se veía mayor.

—Creo que lo he visto ¿tenía una mirada extraña? ¿Como si...?

—¿Como si supiera todos tu secretos? Sí.

—Lo he visto hablar con Jason muy tarde en la noche una vez —dijo ella mientras asentía y se concentraba en algún punto del suelo, como si estuviera volviendo a esa noche en su cabeza —. Estaba volviendo de una fiesta, eran las cinco de la mañana tal vez. Me detuve por el semáforo en rojo en unas calles cerca de aquí, y entonces lo vi. Estaban un poco lejos y estaba oscuro pero estoy segura de que era Jason. Parecía estar discutiendo con el hombre que describes, en algún momento el hombre volteó a verme y se me erizó la piel, fue como si me hubiera atrapado haciendo algo que no debería.

—¿Jason no te vio? —pregunté una vez que ella terminó de hablar. Me miro, entonces, y negó con la cabeza.

—Arranqué en ese segundo... ¿tú crees que él fue...?

—No lo sé. Espero que no.

—¿No pudiste escuchar nada de lo que hablaban?

—No, me sentía demasiado cansada como para escuchar conversaciones ajenas.

Ella rió y volvió su vista al frente.

—Tienes razón, y ¿cómo te fue en tu primer día de mesera?

Suspiré mientras entrabamos a nuestra próxima clase.

—No muy bien realmente —admití sentándome en uno de los asientos del frente —. Olvidé las órdenes, me confundí de mesas, fue un desastre.

—Pero al final del día no te despidieron.

—No, pero no estoy segura si eso es bueno o malo —cuando volví mi vista hacia adelante, una familiar cabellera oscura se asomó por la puerta, Alan entró y pasó directo hacia el fondo del salón. Ni siquiera me miro al pasar. Y tenía su típica expresión de No-Te-Metas-Conmigo. Esperaba algún comentario sarcástico sobre lo de anoche pero yo estaba siendo completamente ignorada.

—Hey, mira quién llegó —comentó Valeria en voz baja —esto se siente como un extraño deja vu, ¿no crees?

—Eso creo —me encogí de hombros y saqué mi cuaderno del bolso.

—¿Qué? ¿Vas a decirme que no te intriga un poco saber qué le pasó?

—No realmente —mentirosa. Liz, te estás volviendo una gran mentirosa —tal vez no quiso asistir a la primera clase.

—¡Nuh-uh! —Exclamó como una niña pequeña —. Obviamente pasó algo ¿Vas a decirme que no viste el moretón en su mejilla?

Fruncí el seño, no lo había visto. Tuve el impulso de mirar hacia atrás para ver de lo que hablaba Val, pero no lo hice. Si él iba a ignorarme, yo también. Y eso es exactamente lo que hizo.

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